EL JUGUETE MEXICANO
Enrique Florescano
Ensayo
Taurus. México, 2006.
Enrique Florescano
Ensayo
Taurus. México, 2006.
271 págs.
El juguete mexicano es único. Es artesanal, tosco, estético, colorido.
Hecho con más ingenio que buscando su funcionalidad. Es uno de aquellos objetos cuyo valor se fragua en la imaginación de quien lo posee.
Este libro, coordinado por Enrique Florescano, busca rescatar y dignificar el papel del juguete en nuestra cultura. De la mano del historiador Jorge F. Hernández, de la arqueóloga Marta Turok y de Gerardo Sánchez Díaz se pasa revista a su historia, procesos y mestizaje.
Florescano consigue una compilación fresca y divertida en la que jugar se presenta como algo tan natural como respirar.
Los expositores juegan con esta y otras ideas para conseguir ya sea una visión histórica del juguete mexicano, ya sea un análisis sobre su papel en el siglo XX y sus perspectivas futuras.
Cada uno de los ensayos es apuntalado, magistralmente, por la fotografía a cargo de Jorge Pérez de Lara.
En medio de este paisaje idílico el libre juego de los autores cobra seriedad hasta llegar a la original conclusión de que el juguete no es tanto un divertimento, sino más bien una expresión artística e idiosincrásica de nuestro pueblo.
Hecho con más ingenio que buscando su funcionalidad. Es uno de aquellos objetos cuyo valor se fragua en la imaginación de quien lo posee.
Este libro, coordinado por Enrique Florescano, busca rescatar y dignificar el papel del juguete en nuestra cultura. De la mano del historiador Jorge F. Hernández, de la arqueóloga Marta Turok y de Gerardo Sánchez Díaz se pasa revista a su historia, procesos y mestizaje.
Florescano consigue una compilación fresca y divertida en la que jugar se presenta como algo tan natural como respirar.
Los expositores juegan con esta y otras ideas para conseguir ya sea una visión histórica del juguete mexicano, ya sea un análisis sobre su papel en el siglo XX y sus perspectivas futuras.
Cada uno de los ensayos es apuntalado, magistralmente, por la fotografía a cargo de Jorge Pérez de Lara.
En medio de este paisaje idílico el libre juego de los autores cobra seriedad hasta llegar a la original conclusión de que el juguete no es tanto un divertimento, sino más bien una expresión artística e idiosincrásica de nuestro pueblo.