Comentario de Roberto Rivadeneyra
John Ward, Norma. México, 2006. 246 págs.
Muchas empresas comienzan en el seno de la familia. Allí se gestan las primeras ideas para desarrollar un negocio. Sin embargo, el éxito no responde sólo a las buenas ideas, también exige estrategias adecuadas, recursos (tanto dentro como fuera de la empresa) y mucho valor para dar el primer paso.
Existe el mito de que las empresas familiares, a diferencia de las que no lo son, están saturadas de problemas que tarde o temprano las llevarán a la quiebra. Nada más falso. Un ejemplo que lo desmiente es el de Ermenegildo Zegna, donde la estrategia de crecimiento de cada una de las sucesivas generaciones ha mantenido los logros de la anterior. El crecimiento inteligente que vincula de manera eficaz la tradición con la innovación, se finca en una estrategia de integración vertical avanzada, algo que la familia Zegna tuvo la visión de ejecutar.
Los autores de El éxito en los negocios de familia van más allá de desmentir dicho mito con ejemplos y casos como este. Integrado por 12 ensayos de catedráticos del International Institute for Management Development (IMD), el texto alcanza un valor en sí mismo. Cada capítulo analiza a profundidad alguno de los factores de éxito en las empresas familiares y proyecta luz sobre muchas lagunas que siempre existirán allí, donde familia y empresa se amalgaman.
FLEXIBILIDAD ESTRATÉTIGA, SU MAYOR VIRTUD
Sin lugar a dudas uno de los hitos más importantes al interior de cualquier empresa es la entrega de la estafeta. En una empresa familiar los hijos de los fundadores poseen una ventaja sobre el resto de los miembros de la empresa y es que han observado un modelo de conducta que tenía una pasión empresarial devoradora durante el día y que compartía las lecciones, experiencias y relatos de guerra a la hora de la cena. Esto paga dividendos en términos de sincronía interna y de un desempeño superior cuando los hijos toman el mando. El reto más grande de los sucesores es la adaptación corporativa: hallar nuevas maneras de seguir siendo lo mismo.
Por otro lado, varias relaciones van tejiéndose como parte de la empresa. De estas relaciones entre la familia, la corporación interna y la corporación externa surge un triángulo de coherencia y adaptabilidad que hace inmejorable a la empresa familiar y la deja inmune a la imitación. En ocasiones, el intercambio de mandos y otras decisiones familiares al interior de la empresa desencadenan conflictos debido a los desacuerdos y polarizaciones que de la situación puedan surgir. El conflicto genera falta de vinculación, ya sea porque nunca la hubiera o porque se rompió el vínculo entre dos o más personas. Sin embargo, los líderes exitosos tienen la habilidad de vincularse y volver a vincularse continuamente, así como de enseñar esto a los demás.
Cierro con una cita del editor: «La flexibilidad estratégica sostenida, la coherencia, y la creatividad de las empresas familiares son notables, son estas características las que las diferencian de otros tipos de empresas y hacen posibles sus mayores niveles de rendimiento financiero».