Para la Academia sueca, Doris Lessing ha merecido el premio Nobel de Literatura 2007 «por su épica narrativa de la experiencia femenina, que con escepticismo, pasión y poder visionario, ha sometido a examen a una civilización desnuda».
La notoriedad de Doris Lessing le ha venido dada especialmente por su novela El cuaderno dorado, de 1962, que fue saludada como un manifiesto por el movimiento feminista durante los años sesenta y setenta. A partir de entonces, como escribe Robert Barnard, «Lessing fue elevada por el movimiento feminista de los setenta a la categoría de gurú (proceso al que ella misma se resistió y que le produjo no poco rubor), pero el excesivo hincapié que se hizo sobre ello lesionó seriamente su carrera» (Breve historia de la literatura inglesa).
Autora de una prolífica obra literaria, Lessing no ha conseguido convertirse en una escritora popular. Su prestigio ha sido más bien minoritario, mantenido en ocasiones no por el impacto literario de sus novelas sino por el peso ideológico que podían transmitir. Y aunque es autora de unas cuantas buenas novelas y de dos interesantes libros de memorias, no ha conseguido que ninguna de sus obras se haya convertido en un obligado referente literario, con excepción de El cuaderno dorado, alabado más por cuestiones extraliterarias.
LA EXPERIENCIA DEL COLONIALISMO
Doris May Tayler nació en 1919 en Kirmansah, en la antigua Persia (hoy Irán), donde su padre estaba destinado como militar. En 1924 se trasladaron a Rhodesia del Sur (hoy Zimbabue). Doris vivió en una granja del norte del país y conoció muy de cerca la realidad racista del colonialismo. En sus obras ha denunciado la labor de tantos colonos blancos que perpetuaron un sistema clasista e injusto, que ella conocía de primera mano porque formó parte de él. Sus denuncias fueron tan fuertes que en 1956, cuando ya residía en Gran Bretaña, fue declarada «persona non grata» por el gobierno de Rhodesia.
Tuvo una infancia y adolescencia muy conflictivas, con frecuentes enfrentamientos con su madre. A los 15 años abandonó el hogar. En sus memorias escribió: «Estaba luchando por mi vida contra mi madre». Y así define sus años infantiles: «He sido una niña terriblemente dañada, terriblemente neurótica, con una sensibilidad y una capacidad de sufrimiento exageradas».
A los 19 años contrajo matrimonio con un funcionario de Rhodesia, Frank Charles, con el que tuvo dos hijos. Cuatro años después abandonó a su marido y sus hijos y se casó, en 1944, con Gottfried Lessing, un judío alemán refugiado en Rodhesia que lideraba en aquellos años un grupo de comunistas de ideas muy radicales. Volvió a divorciarse en 1949 y ese año decidió trasladarse a Londres, donde se instaló con el hijo que tuvo con Gottfried.
LA LLAMADA DE LA LITERATURA
A partir de entonces decide dedicarse por entero a la literatura (aunque no había escrito nada, era una autodidacta y voraz lectora), actividad que compagina con su militancia política en el partido comunista. En 1950 publica su primera novela, Canta la hierba, que supone su irrupción en el panorama literario británico con una polémica denuncia de la situación política que se vivía en Rhodesia. Su siguiente novela es Martha Quest, la primera de una pentalogía que titulará Hijos de la violencia, y que finalizará en 1969.
En 1956 –año del aplastamiento de la revolución en Hungría por la URSS– abandonó el partido comunista y desde entonces ha sido muy crítica con el comunismo y con los apoyos que recibía en aquellos años, especialmente de intelectuales. Su ideología refleja un progresismo ético donde no hay sitio para la trascendencia. Lessing es una mujer muy independiente y no ha tenido reparos en cuestionar ideas en boga, como las que puso de moda la generación del 68. En 1962 publicó su libro más famoso, El cuaderno dorado, protagonizado por la escritora Anna Wulf, novela que, como ya hemos dicho, fue apropiada por la causa feminista por el retrato de las dificultades sexuales, psicológicas y materiales de una mujer de su tiempo.
Son muchas las novelas que ha publicado: La costumbre de amar (1983), Diario de una buena vecina (1983), Si la vejez pudiera (1984), La buena terrorista (1985), El viento se lleva las palabras (1987), El quinto hijo (1988), Historias de Londres (1992)… Sus dos libros de memorias han gozado de más popularidad que sus novelas. En 1994 publicó Dentro de mí, que retrataba sus años en Persia y, sobre todo, en África; y en 1997 vio la luz Un paseo por la sombra, que se inicia con su llegada a la capital inglesa en 1949. También ha publicado un conjunto de novelas de ciencia ficción: Canopus en Argos: archivos (1979-1982). Su última novela, The Cleft, la traducirá la editorial Lumen el año próximo.
Ha recibido muchos premios literarios; en España, el Premio Catalunya en 1999 y en 2001 el Príncipe de Asturias de las Letras. A pesar de ser premiada y valorada, no ha conseguido llegar al gran público.
UN CONSTANTE PESIMISMO
Entre los muchos temas que aparecen en sus obras, algunos pueden haber sido más decisivos para la obtención del premio Nobel: la discriminación racial en África, la pobreza, las desigualdades sociales, la política, los derechos de la mujer, los conflictos personales del individuo, el dolor, la muerte, la soledad, el ecologismo…
También ha denunciado las sombras que han ennegrecido los supuestos avances morales del progresismo más radical. Lessing suele abordar estos temas sin piedad, con una mirada fuerte y cruel, haciendo ostentación de su pesimismo. Existencialmente desencantada, sus novelas, muchas apoyadas en su experiencia vital, quieren ser una radiografía de los sucesivos momentos por los que ha transcurrido la cultura occidental en la segunda mitad del siglo XX. También ha seguido utilizando literariamente la vida en África, como se puede apreciar en Risa africana (1982), un singular libro de viajes, y en sus tres volúmenes de Cuentos africanos (1984).