¿Mito o realidad?
Se dice que alrededor de 1666 un joven matemático, físico, científico y filósofo de apellido Newton descubrió la ley de la gravedad cuando reposaba y cavilaba sobre el cosmos a la sombra de un manzano y de pronto le cayó un fruto en la cabeza.
¿Será cierto que una manzana provocó una de las revoluciones científicas más importantes de nuestra historia?
Su biógrafo y amigo William Stukeley afirmó: «Tras la cena (15 de abril de 1726, poco antes de la muerte de Newton), con clima agradable, salimos al jardín él y yo a tomar el té a la sombra de unos manzanos. En la conversación me dijo que estaba en la misma situación que cuando le vino a la mente por primera vez la idea de la gravitación. La originó la caída de una manzana, mientras estaba sentado, reflexionando. Pensó para sí ¿por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmente al suelo? [?] La razón tiene que ser que la Tierra la atrae. Debe haber una fuerza de atracción en la materia; y la suma de la fuerza de atracción de la materia a la Tierra debe estar en el centro de la Tierra, y no en otro lado [?]».
A pesar de este relato, para muchos la explicación no se ajusta al modo de proceder de Newton, hombre erudito, estructurado y poco proclive a explicaciones metafóricas; además, para entonces ya contaba con varias teorías científicas previas que le sirvieron para establecer su ley universal de la gravedad (expuesta en Philosophiae Naturales Principia Matemática de 1687).
Catherine Barton Conduitt, sobrina del científico inglés, casada con uno de sus ayudantes, confirmó la veracidad de la anécdota de la manzana a Voltaire, filósofo contemporáneo. La historia se publicó por primera vez en 1741 en la segunda edición de Elementos de la filosofía de Newton, de Voltaire. Queda la duda de por qué no se incluyó en la primera edición de 1738. Quizá la señora Conduitt se la narró después. Algunos sugieren que fue una especie de propaganda para divulgar las teorías de Newton.
Una nueva leyenda dice que los árboles que crecen afuera del Trinity College, en Cambridge, descienden de aquél del que cayó la manzana que golpeó a Newton. Por supuesto, el lugar se llena de turistas que no pierden la oportunidad de tomarse una foto a su sombra y ver en el segundo piso del lado derecho, justo encima de esos árboles (si uno ve a la puerta principal del Trinity desde afuera) se encuentra la habitación que usó Sir Isaac cuando estudió y enseñó ahí…