Desde hace diez años administro una compañía de software.
Hace poco se incorporó Enrique, un compañero bien preparado y amable. En una ocasión, nuestro jefe nos invitó a una comida en su casa donde las familias se conocieron y pasamos una bonita tarde. Desde ese día, mi jefe y Enrique son muy buenos amigos, comen juntos y sus familias tienen ya una relación cercana.
Acaban de ascender a mi jefe y postuló a Enrique como subdirector. Yo llevo más tiempo en la empresa y me considero mejor preparado para el puesto. Tengo la certeza de que mi jefe eligió a mi compañero por su relación cercana, y no me parece una decisión justa del todo. Quisiera hacer algo y pienso que puedo plantear la situación en el consejo directivo, pero no sé qué tan prudente sea, se puede interpretar como una reacción de envidia.
Los asesores sugieren
No sé cómo sea la relación con tu jefe, pero buscaría hablar con él para preguntarle directamente los criterios de ascenso para postular a Enrique. Es posible que hablando las cosas de esta manera él pueda darte elementos objetivos de su decisión. Hasta el momento la certeza que tienes de la decisión de tu jefe no es suficiente, pues habría que tener más información para suponer de sus motivos. Si después de hablar con él consideras que hay elementos para subir de nivel el planteamiento, buscaría platicar con algún miembro del Consejo para expresarle tus inquietudes.
La amistad en la empresa me parece una cosa sana y que habría que buscar; sin embargo, siempre debe haber reglas claras desde el principio para no caer en conflictos de interés o en abusos de autoridad. La comunicación y la transparencia de criterios juegan un papel muy relevante en estos casos.
Rodrigo Villaurrutia
Profesor de ética de la empresa
La postulación de Enrique es sólo una etapa del proceso de selección del nuevo subdirector. Sin duda el Consejo Directivo la tomará en cuenta, pero si son justos deberán oír otras opiniones y probablemente pedir también la tuya. Por otro lado, es difícil evaluar con los datos que proporcionas si se violó en esa postulación el «Principio de equidad o imparcialidad» (Elegido, J. M.Fundamentos de Etica de Empresa, IPADE, México 1998, p. 69).
La sola antigüedad en el puesto y tu apreciación personal no parecen razones conclusivas. Es decir, al menos teóricamente, Enrique podría estar mejor preparado para ese puesto de lo que tú estimas y realmente podría existir algún elemento de envidia en tu manera de razonar.
Por todo esto la invitación sería a hacer una reflexión seria y racional de la situación y de las posibles soluciones en el plano real. Es muy probable que te toque de ahora en adelante trabajar bajo las órdenes de Enrique y no sería sensato deteriorar esa relación, por lo que quizá lo mejor fuera buscar un acercamiento con él y fundamentar la amistad entre ambos, al menos en el ámbito de trabajo, con lealtad y responsabilidad hacia la empresa en que ambos laboran.
Armando Reygadas
Abogado y especialista en ética de la empresa