Soy director de la filial mexicana de una farmacéutica internacional importante. Como parte de un programa de desarrollo social, realizamos una investigación en comunidades de escasos recursos para determinar las causas de una enfermedad mortal que azota las regiones tropicales.
Luego de rigurosos análisis logramos generar una cura segura y con bajo costo. La mayoría de las víctimas es demasiado pobre para comprarla por lo que es poco probable que recuperemos los costos del desarrollo del medicamento. Aunque la compañía tiene ventas millonarias al año, el ingreso neto declina debido a los altos costos de desarrollo de nuevas drogas. ¿A qué debemos dar mayor prioridad, al beneficio potencial de las comunidades o a las ganancias y estabilidad de la empresa?
Los asesores sugieren
Uno de los dilemas éticos más interesantes y complejos en las empresas es el que se presenta cuando existe un aparente conflicto entre la ética y la eficacia. Una persona ética y competente siempre buscará una solución de síntesis entre estos dos factores. Este dilema que presentas es muy común entre las farmacéuticas, el caso de la medicina Mectizán de los laboratorios MSD es muy conocida. Este laboratorio encontró una cura a la llamada «ceguera del río», pero, como lo presentas en este dilema, no había posibilidades de recuperar la inversión en investigación. Ellos decidieron producir y distribuir el producto, y el bien que realizaron fue de gran impacto. Pero cada caso es diferente y tiene circunstancias muy específicas.
Como criterios para la toma de esta decisión yo sugeriría preguntarse: ¿cuál es la misión de tu empresa?, ¿si no producen la cura, cuál sería el efecto para las personas que trabajan dentro de la farmacéutica?, ¿el producir la medicina pondrá en peligro a la empresa o proyectos futuros?, ¿cuál sería el impacto positivo en la comunidad donde se aplicaría?, ¿cómo impactaría la decisión de producirla o no producirla en la imagen de la empresa tanto positiva como negativamente? Lo que hay que cuidar en esta decisión es que el efecto negativo secundario de producirla no sea mayor que el bien que se busca al hacerlo.
Rodrigo Villaurrutia
Profesor de ética de la empresa
Hay desarrollos que son engañosos, es decir, que finalmente no lo son. En primer lugar, le felicito por trabajar en una empresa de esa magnitud y visión que se permite tener programas de desarrollo social e investigación que benefician a comunidades no-desarrolladas. En cuanto al dilema que plantea, en realidad la disyuntiva no debería existir. No hay estabilidad y ganancia en una empresa que pueda prescindir del beneficio de las comunidades en que se desarrolla. Dicho de otra manera y por Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate: «La verdad del desarrollo consiste en su totalidad: si no es de todo el hombre y de todos los hombres, no es el verdadero desarrollo».
Pienso que este es el reto que se le presenta en su gestión directiva, hacer compatibles ambos propósitos, y ganar-ganar. Para conseguir esta meta podría buscarse un joint-venture con las autoridades sanitarias de México y ONGs, que por compromiso social y vocación política deberían ayudar, quizá motivadas también por una buena y positiva participación mediática.
Armando Reygadas
Abogado y especialista en ética de la empresa
