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Agricultura orgánica:¿oportunidad de negocio para México?

Para 2020, la agricultura mundial podría ser principalmente orgánica y México podría ser un importante abastecedor de los mercados globales. Esta modalidad agrícola es una de las alternativas más promisorias para el campo mexicano ya que además de cumplir con los objetivos de la sustentabilidad, ofrece un mercado creciente.
 
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En los supermercados mexicanos es fácil identificar un nuevo género de productos denominados «orgánicos», que se distinguen de sus similares por un precio notoriamente más alto, e incluso, varias veces superior al del producto convencional. ¿Qué significan? ¿Qué justifica diferencia tan importante?
Durante la última década, la agricultura orgánica ha demostrado ser una alternativa muy promisoria para el campo mexicano, ya que cumple con los objetivos de la sustentabilidad: conservación y mejoramiento de los recursos naturales, mayores ingresos y mejor nivel de vida para los productores y además, rescate del conocimiento indígena y de las prácticas tradicionales.1
Su espectacular crecimiento se debe a varios factores: demanda constante del mercado internacional con altos precios; mejor ingreso final para los productores; facilidad de adopción de los métodos para los campesinos; la cosmovisión de los grupos indígenas, que buscan la protección de la madre naturaleza como parte de sus creencias, y la formación de grupos de promotores de las mismas comunidades, para la difusión de la tecnología orgánica.
Este tipo de agricultura nació en nuestro país impulsado por organizaciones no gubernamentales, empresas comerciales y grupos religiosos (teología de la liberación). La Finca Irlanda, en Chiapas, obtuvo su primera certificación en 1967 (por café bio-dinámico). A mediados de los 80, algunos productores de café como Rancho Alegre, Finca San Miguel, Finca la Granja y Finca Montagua comenzaron a certificar su producción. En el norte, la producción orgánica de vegetales empezó en pequeña escala en 1985.2
Hay dos tipos básicos de productores orgánicos: de baja producción y de gran escala. Los primeros son campesinos e indígenas con pequeñas parcelas (2.25 hectáreas en promedio), que se agrupan en cooperativas para facilitar la certificación y el comercio. Representan más de 98% del total de productores, tienen 84% de la superficie orgánica total y generan cerca de 70% de las divisas derivadas del sector.
Los productores de gran escala son empresas privadas que cubren de 100 a 2 mil hectáreas (150 hectáreas en promedio) y operan en forma independiente. Representan menos de 2% de los productores con poco menos de 16% de tierra orgánica y generan cerca de 30% de las divisas.3
SALUD, NUTRICIÓN Y ECOLOGÍA, SUS IMPULSORES
El movimiento orgánico empezó al mismo tiempo que la agricultura industrializada y evolucionó en las décadas de 1950 y 1960 con el lanzamiento de libros como Una primavera silenciosa, de Rachel Carson, que denunciaba los efectos tóxicos bio-acumulativos de los pesticidas. En los años 70 el interés de los consumidores por la salud y la nutrición y el deseo de preservar el medio ambiente estimuló su desarrollo y, recientemente, ha tomado nuevos ímpetus a raíz de crisis como la de las vacas locas y las controversias con los alimentos transgénicos.
La agricultura orgánica es una manera de producir alimentos y otros productos sin abonos ni pesticidas sintéticos. La comisión establecida por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas y la OMS la definen como «un sistema de administración y producción holística que promueve y realza la salud agro-ecosistema, incluyendo la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo…».
Según la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica, este sistema promueve la producción ambiental, social y económicamente sólida de la alimentación, la fibra, la madera, etcétera. Considera la fertilidad de la tierra como la clave de la producción exitosa; al trabajar con las propiedades naturales de plantas, animales y el terreno, los granjeros orgánicos aspiran a optimizar la calidad en todos los aspectos de la agricultura y el medio ambiente.
UNA MIRADA
AL RESTO DEL MUNDO

La agricultura orgánica se ha desarrollado rápidamente en el mundo y se practica en cerca de 140 países. Según las últimas encuestas, en 2007, la superficie cultivable en esta modalidad creció 5% con respecto al año anterior, llegando a más de 32 millones de hectáreas, las cuales se agregan a las más de 30 millones de hectáreas de cosechas silvestres, sumando más de 62 millones de hectáreas (ver gráfica 1). Se estima que en el mundo, más de 1 millón 200 mil productores trabajan en este tipo de agricultura.
El mercado de productos orgánicos crece, no sólo en Europa y Norteamérica, sino también en otros países, incluso en desarrollo. Para 2020, la agricultura mundial podría ser fundamentalmente orgánica.4 En 2007, el mercado global de productos orgánicos alcanzó un valor superior a los 46 mil millones de dólares.5
El comercio de productos orgánicos se da en especial en Estados Unidos y la Unión Europea; ambas regiones comprenden 97% del mercado total6 y la demanda crece en forma importante; aunque con la crisis financiera se esperan tasas de crecimiento inferiores a las de años recientes.
La superficie destinada a la agricultura orgánica crece en Latinoamérica, África y Europa; aunque en 2007 decreció en Asia y Oceanía. (Ver gráfica 2)
Europa es la zona con mayor proporción de tierra orgánica y Latinoamérica tiene el mayor número de granjas orgánicas. En 2007, los países con mayor superficie dedicada a la producción orgánica eran: Australia (11.8 millones de hectáreas), Argentina (3.1 millones), y China (2.3 millones). En ese año, México dedicaba 393 mil hectáreas a la agricultura orgánica y ocupaba el lugar 15 del mundo.7
Los países con mayor proporción de superficie agrícola orgánica con respecto al total son: Liechtenstein (cerca de 30%), Austria (13.4%) y Suiza (11%). Aunque México se encuentra en el lugar 22 del mundo en este indicador, con 2.8%, somos el país con más granjas orgánicas en el mundo, con 83 mil 174, seguido de Italia, con 44 mil 733 y Uganda, con 40 mil.8
POR REGIONES
En Latinoamérica, muchos países cuentan con más de 100 mil hectáreas de tierra orgánica. Empezaron prácticamente de cero y experimentan extraordinarias tasas de crecimiento. En 2007, contaban con 6.4 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura orgánica, 1% de la superficie agrícola total más 6 millones adicionales como áreas silvestres.
No hay subsidios a la agricultura orgánica; sin embargo, en diversos países se han establecido fondos para la investigación y enseñanza en la materia. Brasil tiene un plan interministerial para promover oficialmente su producción, investigación y comercio. Casi toda la producción de Latinoamérica se exporta: grano de café y plátano de Centroamérica, azúcar de Paraguay y cereales y carne de Argentina.
Por su parte, Norteamérica representa 45% de los ingresos globales del sector. Tiene, además, el mayor crecimiento en superficie orgánica. Estados Unidos cuenta con una legislación a nivel nacional que garantiza a los consumidores la calidad de los productos etiquetados como orgánicos. En esta región, la demanda de los consumidores por productos nutritivos y saludables ha desarrollado la distribución de los productos orgánicos en las tiendas convencionales, convirtiéndose en el principal motor de crecimiento del mercado.
En casi toda Europa, desde principios de los 90, la agricultura orgánica ha crecido con rapidez. En 2007 se cultivaban bajo esta modalidad 7.8 millones de hectáreas, 1.9% del área agrícola, promovida en casi todos los países por la legislación y subsidios directos. Está por implementarse el Plan Orgánico Europeo.
En 2007, Asia dedicaba apenas 2.9 millones de hectáreas a la agricultura orgánica, la mayor parte al pastoreo. Los países con producción orgánica significativa son China, India y Rusia, casi siempre sin regulación ni certificación. Sólo Israel ha establecido una regulación equivalente a la de Estados Unidos. El rango de canales de distribución es diverso, desde la India rural hasta Tokyo. Exportan principalmente productos frescos y cultivos genéricos de poco valor agregado.
En África, la producción orgánica es raramente certificada. Sin embargo, crece, en especial en los países del sur, gracias a la demanda en los países industrializados. Otra motivación es la regeneración de las tierras de cultivo degradadas y erosionadas. Más de 870 mil hectáreas en África se dedican a ella. Además, 6.8 millones de hectáreas están certificadas como terrenos silvestres. Con excepción de Egipto y Sudáfrica, el mercado local de orgánicos en la región es muy pequeño por el bajo nivel de ingreso y la escasa infraestructura para la inspección y la certificación.
CERTIFICACIONES REQUERIDAS
Para que un producto lleve la etiqueta de orgánico, alguna organización reconocida debe certificar que se elaboró de acuerdo a normas específicas. Esas normas las han formado con el tiempo centenares de organizaciones de certificación (481 en el mundo),9 grupos de agricultores, empresas comerciales, ONG’s y, recientemente, los gobiernos nacionales. Hoy se busca armonizar estas regulaciones para aumentar el comercio orgánico, respetando las variaciones regionales legítimas y disminuyendo los costos de certificación y acreditación.
En México realizan la certificación una agencia nacional, Certimex y otras agencias internacionales con oficinas en México (OCIA, Bioagricert, Imo y Naturland).
El café es uno de los productos más desarrollados en el sector. Entre los productores más importantes están Maya Vinic (cooperativa compuesta de cerca de 700 granjas familiares en la sierra de Chiapas), Michiza (sociedad de producción rural que agrupa a más de 900 productores de distintos grupos étnicos: mixtecos, chinantecos, chatinos, cuicatecos y zapotecos), Mut Vitz (cooperativa de más de 600 miembros en la sierra de Chiapas), Selva Negra (federación en el noroeste de Chiapas que agrupa a más de 114 miembros) y Yachil (cooperativa con más de mil 500 miembros en siete municipios de Chiapas).10
Alrededor de la agricultura orgánica se han creado también algunas organizaciones como el Consejo Nacional Regulador de Agricultura Orgánica (Conarao), la Asociación Mexicana de Agricultores Ecológicos (AMAE), Agricultura Alternativa Orgánica y Sustentable, México, AC (Aaltermex) y Campesinos Ecológicos de México (Ecomex).11
Los esfuerzos regulatorios en México comenzaron en 1995 y en febrero de 2006 se publicó la Ley de Productos Orgánicos en el Diario Oficial de la Federación que busca promover, entre otras cosas, el acceso a opciones alternativas de ingresos y empleos, conservar los recursos naturales y producir alimentos más sanos. Se creó también el Consejo Nacional de Producción Orgánica, que deberá fungir como promotor de la agricultura orgánica mexicana y como asesor de la Secretaría de Agricultura.
La Ley de Productos Orgánicos se ve más como una «lista de buenos deseos» que deberán llevar a la práctica futuras estructuras legales, para equiparase con las legislaciones de Estados Unidos, Europa y Japón, principales destinos para los productos orgánicos mexicanos12 (entre 80 y 90% de la producción orgánica mexicana se exporta a estos países).13
En 2008, los estados con mayor superficie dedicada al cultivo de productos orgánicos eran Chiapas, Oaxaca y Michoacán. A nivel mundial se conoce a México como productor-exportador, más que como consumidor.
MÉXICO, ¿QUÉ TENEMOS?
En nuestro país se cultivan más de 40 especies diferentes de productos orgánicos. El café es el más importante en función de las hectáreas utilizadas (69% de la superficie), seguido del maíz (4.5%) y del ajonjolí (4%).
También se cultiva: tomate, chile, calabaza, pepino, ajo, cebolla, berenjena, melón, mango, naranja, manzana, papaya, plátano, piña, limón, coco, durazno y aguacate; además de agave para la obtención de miel, albahaca, menta, jengibre, frijol, soya, cocoa, aceite de palma, vainilla, cacahuate, nuez, garbanzo y cártamo. En pequeñas cantidades se produce miel, leche, crema, queso, dulces y cosméticos.
En algunos casos es significativo el porcentaje de tierra que ocupa la producción orgánica con respecto a la agricultura convencional. Por ejemplo, 14.5% del área de cultivo de la vainilla es orgánica, 10.4% del área cultivada con café, 8.7% del área con papaya, 7.1% del área con ajonjolí, 4.5% del área con aceite de palma, 2.4% del área con nuez, 2.4% del área con piña y 1.4% del área con mango.14
El papel de México como abastecedor del mercado mundial se basa en productos que por cuestiones climáticas escasean en ciertos periodos en los países de alta demanda y en los que requieren mucha mano de obra, como el ajonjolí. Una seria amenaza es el crecimiento exponencial de la producción orgánica en países mediterráneos de Europa, como España e Italia, que se han convertido en proveedores de los países del norte de Europa, sobre todo de hortalizas, cítricos, aceite de olivo, vino, queso y frutas secas.
Las mejores perspectivas para los productores mexicanos están en los productos tropicales que no producen los países desarrollados: café, mango, plátano, aguacate, cacao, jamaica, cítricos, papaya, coco y frutas tropicales exóticas. Es necesario aprovechar la experiencia y el conocimiento de los productores mexicanos en los métodos orgánicos a fin de competir efectivamente con otros países que buscan oportunidades en este prometedor sector, como Brasil, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Colombia y Perú.15
¿QUÉ NOS FALTA?
Sin embargo, también existen restricciones para la producción orgánica: falta de apoyo del gobierno, escasa investigación y desarrollo en el sector, ausencia de instituciones de asesoría, dependencia de compañías extranjeras para la comercialización del producto y un desarrollo insignificante del mercado nacional.16
Otras limitaciones tienen que ver con la seguridad en la tenencia de la tierra, la disponibilidad de mano de obra y los costos extraordinarios (por ejemplo, de la certificación). Además, los productores requieren apoyo durante el periodo de transición, es decir, de dos a tres años desde el momento en que abandonan los métodos convencionales, ya que es la fase de mayor vulnerabilidad financiera.17
Por otra parte, las organizaciones creadas en México alrededor de la agricultura orgánica no han podido conjuntar a la mayoría de los productores del sector para poder negociar bajo un mismo frente con las autoridades. La desconfianza hacia las instituciones gubernamentales, cuyas políticas agrícolas se orientan a la agricultura convencional, es otra limitación importante.18
El mercado interno mexicano es aún incipiente, menos de 5% de la producción nacional se vende en tiendas naturistas y especializadas en las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey, cafeterías, tianguis (en Guadalajara, Oaxaca, Jalapa, Chapingo y Estado de México), áreas turísticas y en ciudades cercanas a las zonas de producción orgánica. Cerca de 10% de la producción total que no se exporta se vende en el mercado doméstico como producto convencional.
La falta de desarrollo del mercado nacional se debe sobre todo a que el consumidor desconoce los beneficios de los productos orgánicos, a su alto precio en comparación con los convencionales y a la falta de disponibilidad en los mercados tradicionales.19 Existe evidencia de que el consumidor mexicano no está dispuesto a pagar el sobre precio.20
Los espacios dedicados a la venta de productos orgánicos en los supermercados mexicanos son limitados. Sin embargo, las grandes oportunidades para sus productores se encuentran en la exportación a los grandes consumidores: Estados Unidos, Europa y Japón. ¿Seremos capaces de aprovechar nuestras ventajas para lograr un posicionamiento de alta competitividad en este interesante y creciente sector de la economía mundial?
1 Gómez, L., Gómez, M. A. y Schwentesius, R., «Propuesta de política de apoyo para la agricultura orgánica en México. Primera parte». Revista Vinculando, 2004.
2 Vinculando.org. Revista electrónica latinoamericana en desarrollo sustentable. Tomado el 9 de marzo de 2009 de http://vinculando.org/organicos/
apoyo_agricultura_organica.html#_ftn2
3 Willer, H. y Yussefi, M., L. (Eds.), The World of Organic Agriculture. Statistics and Emerging Trends 2007, Bonn: IfOM, FiBL, Frick, ITC, 2007.
4 The World is Going Organic (n.d.). Tendencias.
5 Tomado el 18 de marzo de 2009 de http://www.fibl.org/fileadmin/
documents/en/news/2009/press-release-20090218-organic-agriculture.pdf
6 Willer, H. y Klicher, L. (Eds.), The World of Organic Agriculture. Statistics and Emerging Trends 2009, Bonn: IfOM, FiBL, Frick, ITC, 2009.
7 Willer, H., Organic Agriculture: The main results of the FiBL-IFOAM Survey, Bonn: IfOM, FiBL, Frick, ITC, 2009.
8 Willer, H. y Yussefi, M. Op. Cit.
9 Willer, H. y Klicher, L. Op. Cit.
10 Tomado el 19 de marzo de 2009 de http://coopcoffees.com/what/
producers
11 Gómez, M. A., Gómez, L. y Schwentesius, R., México como abastecedor de productos orgánicos, Comercio Exterior. Vol. 53. Num. 2, 2003.
12 Chávez, L., Mexico’s Organic Products Law, Global Agriculture Information Network. GAIN Report Num. MX6501, 2006.
13 Zayas, A., Agriculture Mexico. Sector Report, Guadalajara: Trade & Investment Research Center, UKTI Office, 2008.
14 Willer, H. y Yussefi, M., The World of organic Agriculture. Statics and Emerging Trends, Alemania: International Federation of Organic Agriculture Movements, 2004.
15 Idem.
16 Willer, H. y Yussefi, M., Op. Cit.
17 IFAD, El paso a la agricultura orgánica: ¿Una opción interesante para los pequeños agricultores?, IFAD Evaluation Profile, No. 19. Septiembre 2004.
18 Gómez, L., Gómez, M. y Schwentesius, R., Op. Cit.
19 Willer, H. y Yussefi, M., Op. Cit.
20 Padilla, L. y Pérez, O., Consumer
preferences for organic fruits and vegetables in local and regional markets,
Chicago: 15th Annual World Food and Agribusiness Symposium, 2005.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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