Suscríbete a la revista  |  Suscríbete a nuestro newsletter

Bartleby, el escribiente

Bartleby,

el escribiente
Herman Melville
Siruela. Madrid, 2009
86 Págs.
Herman Melville (1819-1891) murió olvidado. Resulta increíble que semejante escritor terminara su vida así. Afortunadamente, el olvido duró poco. Bastó con que alguien encontrara Moby Dick para que el narrador recuperara su presencia ante el público.
Además de la novela mencionada, otro de los clásicos en la literatura es el que aquí se presenta: Bartleby, el escribiente. Este relato se publicó por primera vez de forma anónima en Putnam’s Magazine en noviembre y diciembre de 1853 –dos años después que apareciera Moby Dick–. Luego se incluyó en The Piazza Tales (1856).
Hoy de nuevo podemos gozar de su lectura gracias a editorial Siruela quien nos acerca a Bartleby de la mano de la traducción de Borges.
En este cuento, Melville mete al lector en la mente de un oficinista de Wall Street; un personaje que de alguna manera somos todos. El encierro que provocan las cuatro paredes y un escritorio donde trabajar irremediablemente nos ensimisma y de la nada surge una pregunta: ¿quién soy? Algo sin duda apasionante.
«Preferiría no hacerlo», comienza a repetir Bartleby ante la insistencia de su jefe por cumplir las tareas solicitadas. Y poco a poco nos quedamos mudos frente a la rebeldía, no sólo laboral, sino íntima del personaje.
Aprisionando en un autismo absoluto, Bartleby nos recuerda La metamorfosis de Kafka y Esperando a Godot de Beckett. La angustia y horror de la primera se amalgaman con la infinita y absurda espera de Vladimir y Estragón por Godot. Así, Bartleby se va transformando en un ser inerte que encuentra un final necio e inevitable. El relato también remite al pujante existencialismo del siglo XX.
¿Qué estamos haciendo hoy? ¿Cuántos Bartlebys estamos produciendo? ¿Será que como él, nosotros enclaustrados en nuestras oficinas hemos perdido el sentido de quiénes somos? La inmediatez y las ideas del mínimo esfuerzo atentan contra el ser humano. Ante la fractura de la voluntad sólo queda el vacío. ¿Es eso lo que realmente queremos?

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

Newsletter

Suscríbete a nuestro Newsletter