El inglés Paul Priestman creó un dispositivo para incentivar a la población –sin que se convierta en una molestia– a consumir menos agua.
El dispositivo, bautizado Waterpebble (que en español sería similar a «piedra de agua»), se coloca en el piso de la regadera para que registre la cantidad de agua utilizada.
Después de una serie de duchas, el aparato calcula la cantidad promedio de agua que usa la persona que se baña y le informa a través de un sistema de luces parecido a un semáforo, cuándo es hora de cerrar el grifo. Cada vez que la persona se da un baño, el tiempo para finalizar la ducha se reduce unos pocos segundos. La señal roja da a entender que llegó el momento de terminar.
Según Priestman, como el aparato se limita a emitir una luz, sin producir ningún sonido molesto, ayuda a la gente a pensar en el ahorro de forma amable.
bbc.co.uk
21/V/10