Suscríbete a la revista  |  Suscríbete a nuestro newsletter

Postura en duda. ¿Comunista radical o republicano de izquierdas?

CARTAS Y RESPUESTAS EN TORNO AL ARTÍCULO DE MIGUEL HERNÁNDEZ
Acompaño una reciente Resolución del Partido Comunista español (Puedes leerla completa en www.192.100.230.75) en la que se da fe de manera irrebatible que el poeta Miguel Hernández sí fue miembro de esa formación y que combatió en el 5º Regimiento, unidad militar que congregó a unos 60 mil camaradas, que tuvo participación especialmente significativa en la batalla del Ebro. Por lo tanto, rechazamos la afirmación de Vicente de Haro Romo en su artículo Miguel Hernández. Alma sin fronteras publicado en la edición de junio, de que éste no siguió las ideas de Neruda, queriendo significar que no fue miembro del PC. Eso es falso.
Resolución del Comité Ejecutivo del PCE sobre el centenario del nacimiento de Miguel Hernández (1910-2010). Comité Ejecutivo del PCE (5/II/10). Aprobado por unanimidad.
En el año 2010, se conmemora el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, condenado a muerte por su compromiso con el pueblo y con los ideales de progreso y cultura de la Segunda República Española y por hacer de la poesía la mejor arma revolucionaria.
Miguel Hernández es un ejemplo de poeta comprometido con los valores de la izquierda, con el mundo del trabajo, con la libertad y la justicia. Nació en Orihuela (Alicante), en una humilde familia rural; estudió en la escuela de su pueblo e inició el bachiller, pero abandonó los estudios a los catorce años para ayudar en la economía familiar y, a falta de otra formación académica, encontró a los mejores maestros en San Juan de la Cruz y Garcilaso, Virgilio y Verlaine, Calderón y Lope, Gabriel Miró, Góngora y Quevedo, con quienes mantuvo un fecundo diálogo, base de su formación autodidacta y de su producción literaria. Participó en la vida literaria de Orihuela y publicó su primer libro Perito en lunas en Murcia, en 1933. En 1934, se trasladó a Madrid y entró en contacto con otros poetas que apreciaron en el joven Miguel su capacidad creadora y su compromiso civil. En Madrid, trabajó en la edición de una enciclopedia sobre los toros que dirigía José María Cossío, colaboró en las Misiones Pedagógicas y se incorporó a la intensa vida intelectual de aquellos años: participó en los debates literarios y políticos, escribió en la Revista de Occidente de Ortega y en la revista Cruz y Raya de José Bergamín, publicó El rayo que no cesa en la colección Héroe que dirigía Manuel Altolaguirre, mantuvo correspondencia con García Lorca… En la guerra civil, que siguió al golpe de estado del general Franco contra el gobierno de la República, Miguel Hernández continuó su trayectoria poética y humana  ingresando como voluntario en el ejercito republicano: se incorporó al Quinto Regimiento de Zapadores, en la organización del Partido Comunista, el 23 de septiembre de 1936 y participó en la defensa de Madrid, Andalucía, Extremadura y Teruel. Siguió escribiendo y desarrollando una intensa labor cultural en defensa de la república, sus poemas de estos
años se agrupan en varios libros: Viento del pueblo, que vio la luz en 1937, El hombre acecha, Cancionero y Romancero de ausencias, que recogen la experiencia de la guerra y de la cárcel, el ansia de libertad y de justicia, el dolor y la solidaridad, la muerte y la esperanza. Cuando terminó la guerra, fue detenido, encarcelado y condenado a muerte por un Tribunal Militar de la dictadura franquista en el Consejo Sumarísimo 21001, el 18 de enero de 1940; pasó por varias cárceles y, gravemente enfermo, murió en el Reformatorio de Adultos de Alicante el 28 de marzo de 1942.
Miguel Hernández forma parte del patrimonio cultural de la humanidad; su poesía, que es savia sin otoño, sigue siendo palabra en el tiempo para denunciar la injusticia y luchar por la libertad; él no entendía el papel del poeta y del intelectual si no estaba arraigado en un compromiso social y político; no desertó nunca de su clase social, de su condición de campesino pobre, ni del poder transformador de la palabra… Encontró en el Partido Comunista de España un lugar natural de trabajo y de lucha y, para el PCE, es un orgullo contar en nuestra organización con el gran poeta, el gran hombre y el gran comunista que fue Miguel Hernández y que sigue siendo en su obra y en nuestra memoria.
Por todo esto, el Comité Federal del PCE, acordó, en la reunión celebrada el 12 de diciembre de 2009, crear una Comisión de Trabajo para impulsar la conmemoración del Centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Esta Comisión, de la que forman parte José L. Centella, Felipe Alcaraz, Marcos Ana, Fernando Sánchez, Marga Sanz, Luis Pesquera, Ana Moreno, Marga Ferré, David Becerra, Víctor Domínguez, Susana Oviedo y Julia Hidalgo, se reunió en Madrid el 19 de diciembre de 2009 y decidió trabajar con un doble objetivo: por una parte, el Partido Comunista y la FIM prepararán su propio programa para actualizar la vida y la obra de Miguel Hernández, que es parte de nuestra memoria histórica, defensa de la cultura republicana y la expresión de un poeta comprometido con su tiempo, cuyo legado sigue vigente en estos momentos de crisis, no sólo del sistema capitalista sino también de los valores de la izquierda.
Hemos dicho, en el XVIII Congreso del PCE, que es necesaria la lucha ideológica para combatir el neoliberalismo y que deberíamos situarnos en la vanguardia de una cultura que, desde nuestra historia, nos impulse a cambiar el presente y el futuro. Ciertamente, la ideología dominante del capitalismo ha avanzado con pasos de gigante en los últimos años, las consecuencias son que se ha impuesto el pensamiento único, se ha desprestigiado el compromiso, hay consensos blandos y valores tan relativos que pueden significar cualquier cosa; la realidad es un conjunto de fragmentos, el individualismo cuestiona la militancia y el sentido colectivo, y la memoria y la utopía son cosas del pasado.
La alternativa al capitalismo no es, efectivamente, un modelo sin memoria y sin utopías, de pequeñas diferencias y discursos atomizados cuyo objetivo es confundir capitalismo y democracia y convertir todo, incluidos los seres humanos, en mercancías del gran mercado que unos pocos controlan. El lenguaje ha sido ocupado por la ideología dominante, debemos recuperarlo para entendernos en nuestra estrategia de lucha y Miguel Hernández nos ofrece en su poesía un ejemplo de valor y de pureza para seguir llamando a las cosas por su nombre y hacer de la palabra, como él hizo, un instrumento revolucionario que sacuda las
conciencias. Por eso, todo el Partido debe acoger el centenario de Miguel Hernández como una ocasión privilegiada para la lucha ideológica y la recuperación de la memoria histórica y para eso, el Partido ha acordado ya algunas tareas: este año, la tarjeta que acompaña el carnet del PCE estará dedicada a Miguel Hernández, el PCE preparará un Acto Público con la puesta en escena de la obra Sino Sangriento, escrita por Marcos Ana y representada en 1960 en la Cárcel de Burgos por los presos políticos, habrá un número monográfico de la revista del PCE Utopías/Nuestra Bandera sobre Miguel Hernández, la Fiesta del PCE del 2010 también estará dedicada a la figura de nuestro poeta y la FIM ha diseñado, como actividades propias, la publicación de una nueva biografía de Miguel Hernández, la elaboración de un libro, a cargo de los mejores historiadores y filólogos sobre la figura del poeta que contenga tres partes: una revisión biográfica de los momentos más relevantes de su lucha, un análisis filológico de su poesía y una visión subjetiva de la forma en que sus poemas han influido en nuestra vida y en nuestro compromiso; un ciclo de conferencias con un soporte gráfico para ofrecer a las agrupaciones del partido: cartel conmemorativo, video de 10 minutos (elaboración propia) sobre Miguel y su tiempo, modelo de conferencia (escrito por la FIM), selección de los poemas más significativos de Miguel para ser recitados.
Por otra parte, impulsar y promover todas las iniciativas institucionales y académicas que se programen desde distintos ámbitos sobre Miguel Hernández cuya vida y obra, como hemos dicho, es patrimonio del pueblo. En este sentido, apoyaremos todas las propuestas de la familia de Miguel Hernández y otras instituciones y asociaciones encaminadas a la revisión y anulación total de la sentencia de pena de pena y a la reparación y reconocimiento personal del poeta injustamente condenado por defender al gobierno legítimo de la Segunda República y propondremos a los grupos Institucionales de Izquierda Unida que defiendan esta iniciativa. Igualmente, mantendremos contactos con intelectuales y artistas, para concretar ámbitos de colaboración.
Para avanzar en ambos objetivos, debemos conocer todas las actuaciones sobre Miguel Hernández que se están preparando y ofrecernos a participar en ellas y, al mismo tiempo, organizar las del PCE con una convocatoria amplia a toda la izquierda política, social y cultural. La Comisión del Centenario de Miguel Hernández asume la coordinación de este trabajo, informará puntualmente a los órganos de dirección del PCE sobre su desarrollo y acogerá todas las propuestas encaminadas a actualizar, en el año 2010, el legado de un poeta comunista a quien Pablo Neruda puso como ejemplo de corazón purísimo y de quiennuestro camarada Marcos Ana ha dicho que “todas las injusticias, toda la fiebre de redención humana, arden en las canciones del río de sangre juvenil que va a una hermosa muerte para ganar la vida”.
Madrid a 6 de febrero de 2010

Cristina Anaya Heredia

Estimada Cristina:
Le agradezco su correo aunque no estoy seguro si he entendido bien su comentario. Pienso que se refiere a que, en mi artículo sobre Miguel Hernández, señalo que el poeta alicantino no era un comunista radical aunque sí un republicano de izquierdas. Usted, si entiendo bien, apunta que, según Pablo Neruda, Miguel Hernández sí habría sido comunista. Al margen de la posibilidad de que el Nobel chileno «traiga agua a su molino» con la postura política de Hernández, a la que lo condujo el propio Neruda, he citado en el artículo un cuidadoso estudio de la correspondencia de Hernández (Cano Ballesta, Juan: Miguel Hernández y su amistad con Pablo Neruda). En dicho artículo, me parece, se demuestra que en lo más íntimo Miguel no era estrictamente comunista. Por supuesto, todo esto es discutible y depende de la interpretación de expresiones y documentos concretos, así como de la concepción de cada postura política. Agradezco mucho su comentario y el interés por discutir el artículo.

Vicente de Haro

 

Estimados amigos:
El autor del artículo que se comenta dice que Miguel Hernández se mantuvo a prudente distancia entre Neruda, que según él es la materialización del comunismo en su artículo, y el catolicismo. No hay base para decir eso.  Ser comunista no es equivalente de ser marxista.
Es comunista quien quiere el comunismo.  Y para muchos que desean el comunismo, la mejor manera de alcanzar su objetivo comunista es ser militante del partido comunista. Miguel Hernández cubría esos requisitos: quería el comunismo y para alcanzarlo estaba convencido de que la mejor manera de hacerlo era militando en el PCE. Para reforzar lo que digo, el encuadramiento de Hernández en el 5o Regimiento es prueba de la militancia referida.
El 5o Regimiento fue una obra corporativa del PCE.

Cristina Anaya Heredia


Estimada Cristina:
Me temo que hay un malentendido. Nunca digo en el artículo que Hernández se mantuviera “a prudente distancia” entre el comunismo y el catolicismo. Está claro en las biografías y en los textos que el poeta de Alicante fue católico primero, reforzado por el grupo de Sijé, y que se apartó de ello por la influencia de Neruda, quien criticaba las publicaciones de Sijé y aproximó a Miguel a ideas políticas de izquierda. Tampoco digo nunca que Neruda es la materialización del comunismo, sólo afirmo que sin duda fue él quien apartó a Hernández del ambiente de Sijé y lo aproximó a la izquierda. Doy cuenta de lo que significa la participación en el 5o Regimiento -por ello incluso sugiero fugazmente la ironía de que Miguel se comprometiera en un sentido más práctico con la causa que el propio autor chileno. Lo único que sostengo en el artículo es que, en lo ideológico (y perdone que enfoque todo desde este tema, pero como filósofo es un gesto vocacional) Miguel nunca fue un comunista radical, pues aunque fue en estas corrientes de pensamiento (de izquierdas, insisto)  y a través de Neruda, donde encontró cauce su sentimiento de solidaridad universal y su valoración del trabajo y la fraternidad humana, la correspondencia muestra -reitero, ello se expone en el artículo de Cano Ballesta ya citado, con documentos poco conocidos- que Miguel incluso tuvo vacilaciones y momentos de arrepentimiento por su alejamiento respecto a la Iglesia y añoró en varios momentos la paz de la vida sencilla lejos de partidismos e ideologías. Me parece que eso basta para pensar que, insisto, en lo ideológico – y eso es todo lo que dice mi texto- no fue un comunista radical. Es claro no todos los republicanos lo fueron.
En fin, le agradezco de nuevo su comentario, que me ha hecho repasar los documentos y repensar el tema de qué significa ser “comunista”, particularmente para una personalidad como la de Hernández, mucho más solidaria desde el sentimiento que partidaria desde la ideología. Creo que podría, por mi parte, concluir este coloquio, con aquello que (de modo claramente parcial, pero aquí “queda”) dice Silvio Rodríguez en una canción, “nadie sabe qué cosa es el comunismo… y eso puede ser pasto de la aventura…”
Con respeto y agradecimiento,

Vicente de Haro


istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

Newsletter

Suscríbete a nuestro Newsletter