Erri de Luca
Sexto Piso, México, 2010
112 págs.
A decir del protagonista, la felicidad, a diferencia de la libertad, no hay que ganársela ni defenderla: es un regalo.
Sin aspavientos, falsas pretensiones ni mayores complicaciones, un huérfano es criado a la vieja usanza por un portero napolitano que tiene el don de escuchar los pensamientos de las personas y prever los acontecimientos sin rendirse a la tentación de impedirlos.
Así transcurren sus años y pareciera que no hace falta más que futbol, libros prestados, historias bien contadas sobre la guerra y compañía sincera para comprender que ésta no debe necesariamente estar llena de sucesos extraordinarios ni bendiciones. Por el contrario, el relato, a través de su disfrutable sencillez y normalidad, deja muy claro que el arte de vivir radica en aceptar el propio destino de buena gana y en comprender que la felicidad tiene un antes y un después que precisa estar muy atento a los signos para anticipar su venida.
Lo anterior debe saberlo bien el Erri de Luca, quien antes de convertirse en uno de los autores contemporáneos de Italia, se forjó con oficios como el de camionero, obrero y albañil, que sin duda, mucho le enseñaron de la vida.