Alfonso Reyes
Lectorum. México, 2010
264 págs.
Tengo la impresión de que Alfonso Reyes es uno de esos autores que se conocen mucho y se leen poco. Al menos éste era mi caso. Lo conocía por ser referencia imperdonable de la intelectualidad mexicana. Y claro está, un ejemplo de sabiduría, erudición y amor por el helenismo. Pero al leer esta antología de cuentos, que además incluyen un prólogo de su nieta Alicia Reyes, me encontré con una de las mejores plumas que he leído en lengua castellana.
Algunos podrían culparme de caer en un lugar común, pero ¿qué se puede decir ante la evidencia? Quien lo dude, puede acercarse a esta serie de relatos que no le defraudarán. Como no defraudó a Borges «La cena», uno de sus cuentos favoritos de Reyes. En particular a mí me encantó «El vendedor de felicidad», desenfadado y simpático, con un final inclemente que cuestiona nuestras ideas más arraigadas sobre lo que es ser feliz. También disfruté uno de los últimos titulado «De algunos posibles progresos», una especie de reflexión sobre el conocimiento y sus alcances.
Mi recomendación es leer este libro poco a poco, como nos comeríamos una caja de chocolates que deseamos no se termine nunca. Uno a uno, con tiempo para disfrutar.