Philippe Ollé-Laprune
FCE. México, 2011.
134 págs.
Ollé-Laprune, crítico francés, se vale de su condición ambigua con respecto a México y su literatura para ofrecer un recorrido agudo y desfachatado por la historia de la relación vida-literatura de nuestro país.
La distancia que le otorga su categoría de «extranjero» le permite reírse de los vicios del ambiente literario nacional y señalar las tragedias de este país. En tanto residente, nos devuelve una mirada fascinada y comprometida ante la grandeza de esta tierra, su imaginación y sus libros.
El autor comparte preguntas que considera claves de lectura para comprender la relación entre nuestra nación y su quehacer literario. ¿Por qué la literatura mexicana carece de espíritu revolucionario? ¿Cuál ha sido la relación entre nuestros escritores más importantes y el poder? ¿Cómo incorporar la sabiduría ancestral y la literatura de los pueblos indígenas, sin traicionar su riqueza, al tamizarlas por el idioma español?
Señala: «México borra las fronteras día y noche, verdad y mentira, simulacro y realidad, creando un territorio donde la palabra literaria podría encontrar un refugio natural». Dice que, tal vez, la literatura no es en vano.