Austin Wright
Salamandra. Barcelona, 2013
380 pp
Escribir sobre el hecho de escribir. Escribir sobre el hecho de leer. Leer sobre escribir y leer sobre leer. Delinear las manos de la literatura que todo lo tocan y lo sublevan. Dos novelas por el precio de una. Una narración que se bifurca.
A Susan le llega por correo la novela de su primer esposo, Edward, a quien siempre consideró demasiado débil para estructurar un mundo, por muy imaginario que fuera.
Lee –leemos–, pues, el manuscrito y queda sorprendida: se trata de una novela magnífica sobre un hombre y su pérdida, al que todo se le arrebata. Y es ésa la manera en la que Edward se erige en otro, a través de su mundo imaginario. En otro… para Susan.
La novela entrevera el tejido sutil en donde los hilos de la realidad y la fantasía forman esos nudos rugosos y firmes. Las dos historias nos atrapan con un lenguaje preciso e inteligente, a pesar de que algunas escenas rompen la elegancia de la escritura de Austin Wright y eso se resiente, justamente, por ser innecesarias.
Tres noches, tiempo en que Susan lee el manuscrito, es generosa en su relato y en su contenido: nos recuerda que somos seres que siempre se escriben y que, al expresarnos en todo cuanto somos, los demás y nosotros mismos nos vamos leyendo.