Alexandre Postel
Nórdica. Madrid, 2014
224 págs.
A veces, leer causa taquicardia. Como en esas películas de suspenso que nos transforman en testigos impotentes, de cómo se acusa a un inocente que va cayendo al abismo y cómo, tras un tiempo, hasta él sospecha de sí mismo…
De tan tímido, Damian North es como un filósofo invisible que imparte clases en una prestigiosa universidad. Los lazos con los demás −incluido su hermano− se anudan a distancia, ligados apenas por una observación lejana, hostil y cauta. Un día, la pesadilla asoma a su puerta en los ojos de dos policías: se han encontrado cientos de imágenes pedófilas en su computadora. A partir de este momento, el inocente será culpable: la maquinaria judicial y la maquinaria mediática lo sentencian.
Alexandre Postel (Francia, 1982) es profesor de literatura en la Universidad de París y ha ganado premios como el Landerneau y el Goncourt a la Mejor Primera Obra, gracias a esta novela. Su prosa inquieta, indigna, conmueve. La novela narra un caso de supuesta pornografía infantil para retratar –radiografiar− la fragilidad del solitario hombre contemporáneo, vinculado con los otros sólo epidérmicamente: individuo sin compañía, incapaz, por su falta de raíces, de resistir la inclemencia.