Aunque parezca un dato irreal es un hecho que Israel, a pesar de ser una nación en constante conflicto y sin muchos recursos naturales, genera más empresas al año que países pacíficos y con mayor benevolencia natural, tales como Japón, Canadá o Reino Unido. La clave de su éxito estriba en su idiosincrasia, presta a reponerse de las adversidades y capaz de reconstruirse tras cada batalla.
Start-up Nation:
La historia del milagro económico de Israel
Dan Senor y Saul Singer
Aleph. México, 2014
332 págs.
Las noticias que nos llegan de Israel suelen ser sobre guerra. Nos hacen imaginar al país como un lugar árido, hostil y al mismo tiempo multicultural, pues en él convergen las tres principales religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Sin embargo, poco a poco Israel ha conseguido cambiar su reputación internacional gracias a un modelo económico que resulta sumamente atractivo para los inversionistas. Hoy en día el shekel tiene mayor estabilidad que el dólar e incluso durante la crisis de 2008, mientras la economía mundial se desplomaba, Israel se mantenía a flote y con crecimiento. ¿Cómo lo logró?
En el libro Start-up Nation: La historia del milagro económico de Israel, Dan Senor, empresario y asesor político en Oriente Medio; y Saul Singer, asesor por diez años en Asuntos Exteriores y de Finanzas del Congreso de Estados Unidos; realizan un análisis histórico y anecdótico para descubrir los factores que han convertido al emergente Estado de Israel en un país de primer mundo. Se valen de casos en los que algunas compañías conocidas de manera internacional, se salvaron de la quiebra o se convirtieron en grandes emporios gracias a la intervención de empresarios israelíes.
Si bien la sociedad israelita se desenvuelve en medio de bombardeos, muros, camellos y desiertos, esto no ha sido un impedimento para su desarrollo económico, al contrario, ha tomado este escenario como una oportunidad. En Israel la gente vive en constante alerta de guerra, lo que les ha permitido trabajar al límite aprovechando cada paso como el último. La abundancia es visible en un país que se formó hace 60 años y que comenzó en la miseria absoluta.
CARACTERÍSTICAS DE GUERRA ÚTILES EN LA EMPRESA
Senor y Singer destacan que, a excepción de los judíos ortodoxos que reciben becas estatales y privadas para estudiar la Torá, hombres y mujeres se preparan militarmente desde temprana edad. Ello les permite desarrollar ciertas habilidades estratégicas útiles para la vida diaria y para el mundo empresarial, tales como:
- Autonomía y responsabilidad. En el ejército israelí prácticamente no existen jerarquías. Cada soldado, sin importar su rango, es responsable de sus acciones. El líder israelita actúa oportunamente según su criterio y, sin importar si las consecuencias son positivas o negativas, se responsabiliza de los hechos.
- Libertad de expresión. La guerra requiere decisiones inmediatas y exige que cada soldado, al explicar su modo de actuar, sea capaz de expresar y defender sus porqués. La discrepancia de opiniones es bienvenida e incluso necesaria. Si no hay oposición se considera que algo falla en el sistema. Como dice el dicho: «si dos personas piensan igual en todo, una de ellas piensa por las dos».
- Atrevimiento. En hebreo la palabra chutzpah alude a insolencia, descaro y atrevimiento. Un subordinado tiene el derecho y la obligación de ejercer la chutzpah hacia un superior, si considera que una idea puede salvar a un grupo o simplemente si está en desacuerdo.
- Perseverancia. Se refiere al trabajo constante y la resistencia a la frustración. Tales características hacen de los israelitas líderes con una mentalidad diferente, abierta y cosmopolita.
Autonomía, responsabilidad, libertad de expresión, atrevimiento y perseverancia son todas características útiles en la empresa, ya sea para emprender un nuevo negocio o para mejorar el existente.
EL MODELO ECONÓMICO ISRAELÍ
Innovar posibilita el crecimiento económico de un país, aspecto que Israel conoce muy bien, es por ello que su principal inversión es en la industria tecnológica. Hasta ahora este rubro ha generado réditos y se divide a su vez en dos tipos de inversiones: capital público y capital privado.
Israel se fundó bajo la idea del kibutz, organización inspirada en el socialismo y el trabajo, es por ello que durante sus primeros años las leyes de este país no estuvieron diseñadas para incentivar el desarrollo de la inversión privada, sin embargo con el pasar de los años, la nación ejecutó una serie de reformas que la revolucionaron. Este cambio, según los autores del libro Start-up Nation: La historia del milagro económico de Israel, cambió la mentalidad de inversionistas extranjeros de origen judío que sólo pensaban en Israel como el lugar propicio para hacer donaciones para el sionismo y, a partir de las reformas, vieron en este país un lugar de inversión próspero. Acto seguido, Wall Street y las compañías en el Nasdaq comenzaron a interesarse, llevando mayor capital privado al país.
El capital público se obtiene de manera distinta. El estado fomenta la creación de nuevas empresas o Start-ups al invertir recursos en ellas. Un ejemplo de ello es el programa Yozma («iniciativa» en hebreo), el cual invierte en pequeñas compañías, convirtiendo al estado en socio. Los riesgos y las ganancias se comparten. Cuando el negocio es próspero y han pasado por lo menos cinco años, el emprendedor o el capital privado tiene la posibilidad de comprar a bajo costo la sociedad del estado.
Las Start-up han proliferado en Israel gracias al tesón de sus habitantes pues, dado que la guerra destruye parte de lo que construyen, están acostumbrados a rehacer; valor esencial para el emprendimiento. Al crear una Start-up existe la posibilidad de que no funcione. Sin embargo el fracaso no estigmatiza a los emprendedores. El inversionista mayoritario, es decir el estado de Israel, está dispuesto a invertir nuevamente, porque el fracaso da una lección al emprendedor. De esta manera que el siguiente negocio no comenzará de cero y el conocimiento adquirido en experiencias previas aumentará las posibilidades de que prospere, al tiempo que es una escuela práctica de líderes.
A pesar de que los recursos naturales en Israel son muy escasos, deque cuenta con 7.1 millones de habitantes y la alerta de guerra está siempre presente; su modelo económico ha resultado tan atractivo que países como Corea, Singapur e Irlanda han buscado replicarlo. Aunque aún no puede hablarse de un «efecto Israel», es un hecho que diversas naciones, entre ellas México, tienen mucho que aprender a este país cercano al Mediterráneo.