Joël Dicker
Alfaguara. México, 2014
404 págs.
Lo confesaré: compré esta novela esperando algo parecido al éxito La verdad sobre el caso de Harry Quebert. No lo es. La que ahora reseño fue la primera novela del escritor con la que obtuvo en 2010 el Premio de los Escritores Ginebrinos. Tras leer ambas encuentro más fascinación por el joven suizo; verifico su versatilidad narrativa y su capacidad para perfilar personajes entrañables.
Los últimos días de nuestros padres es el relato sobre una unidad de los servicios secretos que Churchill creó durante la Segunda Guerra Mundial: Special Operations Executive (SOE). Su finalidad era infiltrar y sabotear las operaciones nazis desde la trinchera para terminar la guerra. Dicker narra la historia de la compañía F: once individuos que dejan a su familia en busca de la paz. Así, en medio de la batalla, encuentran la verdadera amistad, la que no se fija en condiciones sociales ni en prejuicios intelectuales, sino en el honor, la lealtad y la simpatía humana.
El suizo aprovecha la ocasión para levantar la voz sobre las condiciones antropológicas que llevan al ser humano a justificar la guerra. ¿Será que en verdad el mal vive en nosotros? ¿Por qué no la lee y luego me cuenta?