Jean-Paul Didierlaurent
Seix Barral. España, 2015
200 págs.
Lo único que parece sobresalir de este hombre joven y soltero que todos los días sale de su pequeño departamento en París, rumbo a su detestable trabajo es su nombre: Guibrando Viñol. Un ser invisible, casi hasta para sí mismo, empleado en una fábrica que recicla papel gracias a una máquina que devora los libros huérfanos de lectores que, de haberlo querido, los hubieran comprado.
Amable, atento a lo pequeño, Guibrando sólo adquiere consistencia cuando en el vagón del metro lee, en voz alta, para deleite de los pasajeros habituales, páginas sueltas de algún libro que la máquina no alcanzó a engullir. Se trata del último homenaje de Guibrando a aquellos libros-mártires.
Jean-Paul Didierlaurent (1962) es un escritor francés que estudió publicidad en Nancy y trabajó en París. Con algunos de sus relatos ha obtenido en dos ocasiones el prestigioso Premio Hemingway, en 2010 y 2012. Ésta es su primera novela y es una delicia leerla… sobre todo porque Guibrando encuentra, en su rito matutino, un USB perdido y, al leer lo que contiene, se enamora de la desconocida autora. Un libro sobre libros y la bondad amorosa de la literatura.