Los tiempos cambian, las organizaciones se achatan y las jerarquías se diluyen. El área de Recursos Humanos tiene que modificar su rumbo, ya no le basta con ser un área de servicio, el quehacer actual le exige innovación, conocimiento del negocio, análisis de la información y desarrollo de estrategias para atraer, retener e impulsar al talento.
La realidad que vivimos quienes habitamos este siglo XXI es totalmente distinta a la de hace 100 años, e incluso a la de hace un par de décadas. Hoy el mundo se caracteriza por hacer del cambio, y por lo tanto de la incertidumbre, una constante. Ello exige a la sociedad y la empresa una redefinición de paradigmas y modos de ser o actuar.
El futuro es incierto y difícil de pronosticar, pero, aunque no exista un destino seguro, es necesario adelantarse y trazar algunas líneas de acción. Si no exploramos el porvenir éste nos podría pillar desprevenidos, es necesario pensar en las tendencias que lo delinearán. ¿Hacia dónde va el mundo? Cuatro rubros definen su curso:
- Tecnología
La inercia que marca la velocidad de los cambios tecnológicos continuará y aumentará en el corto plazo. Los avances se intensificarán en disponibilidad, cantidad y velocidad de acceso y el mundo virtual cobrará cada vez mayor importancia. De hecho en los últimos años se democratizó el mundo virtual, una muestra de ello es la globalización de la información y los sistemas de Big Data. Estos cambios tecnológicos plantean nuevos escenarios en los que antes quizá no se había puesto tanto empeño, como lo es actualmente el tema de la seguridad en los sistemas de información y la protección de datos personales.
Los cambios no son unidireccionales hoy se viven revoluciones tecnológicas entretejidas que permean otras áreas como: biotecnología, nanotecnología y ciencias cognitivas.
- Economía
En paralelo ocurren importantes transformaciones económicas, pues las decisiones en este rubro se mundializan. No es suficiente sólo observar al entorno local o nacional, es necesario abrir los ojos al mundo que cada día desarrolla más componentes económicos interconectados como: los cuatro países con economías emergentes más importantes del mundo (Brasil, Rusia, India y China), con una moneda creciente que altera toda la configuración geopolítica mundial.
Los procesos de innovación, producción y finanzas están sumamente ligados y el valor de las soluciones ágiles y descentralizadas se vuelve más importante que optimizar los sistemas. La agilidad, la capacidad de razonamiento y de manejar simultáneamente diferentes posibilidades de acción se hace indispensable.
- Sociedad
La población mundial crecerá por encima de lo previsto, se cree que en 2025 habrá superado los diez mil millones de habitantes. La mayor parte de ese crecimiento ocurrirá en países en desarrollo. En el caso de México se prevé que para 2050 contará con 150 millones de habitantes.
La expectativa de vida al nacer también ha aumentado. Hoy las personas vivimos más de 80 años; de hecho en Europa ya se utiliza el concepto «la cuarta edad» que considera a los adultos entre 85 y 104 años. Envejecemos y en el corto plazo esto alterará el concepto de jubilación, el modo de concebir los sistemas de pensiones y la forma de operar las organizaciones.
Otra tendencia social es el nacimiento de las megalópolis. Quizá este ejemplo lo tengamos muy claro quienes vivimos en la zona metropolitana del valle de México, donde las fronteras se han desdibujado, pues ya prácticamente consideramos parte de la ciudad regiones como Toluca, Puebla, Tlaxcala y Cuernavaca. Las partes que integran la megalópolis deben hacerla funcionar como si fuera una sola, cuidando siempre el medio ambiente. Ya no basta con evitar el deterioro del planeta, ahora es necesario tomar acciones que reviertan el daño.
Por otro lado, los modos de organizarnos y actuar socialmente también cambian de manera sustantiva. Estructuras como la familia o la empresa han perdido su ordenación original; por ejemplo, las empresas verticales se han vuelto trasnochadas, lo de hoy son las organizaciones chatas y horizontales, donde las jerarquías formales se diluyen para abrir paso a la capacidad de influir. El liderazgo ya no lo da el puesto, sino el conocimiento y expertise. Cada vez es más importante rodearse de un talento que posea competencias disruptivas y poco convencionales.
El presente que moldea al futuro dicta que el componente humano y la interacción emocional serán la clave, por lo tanto es necesario transformar el modelo de liderazgo marcado por el «jefe» para buscar coaches y mentores. Las empresas que quieran triunfar en el futuro tienen que comenzar a migrar hoy mismo a este esquema, en el que es sumamente importante saber relacionarse y hacer equipo: trabajar sin pisarse los talones para lograr un mejor resultado y fusionar inteligencias. En este escenario el concepto de especialización es anticuado, cada persona debe ser experta en varios temas, pues a lo largo de su carrera laboral cambiará de funciones.
- Empresa
La globalización demanda en las organizaciones equipos multinacionales y diversos, donde colaboran personas de distintas generaciones y países; las mujeres ganan mucho terreno, etcétera. Así la diversidad se volvió indispensable en todas las empresas, sin importar el tamaño. En México, con 95% de empresas medianas y pequeñas, se requiere reconocer la diversidad como un elemento de trabajo diario.
¿CÓMO CAUTIVAR AL TALENTO?
El nuevo escenario laboral exige transformar las estrategias de liderazgo, talento y Recursos Humanos. En el diseño tradicional de Recursos Humanos se le da mayor relevancia al modelo de toma de decisiones por especialización que limita el poder de opinar; además constriñe la información. Esta situación, por lo general, deviene en quejas de los empleados, quienes no tienen claro su plan de carrera, ni opciones de crecimiento.
¿Cuál debería ser la motivación de Recursos Humanos, su nuevo qué? Éste necesita relacionarse con tres elementos:
- Liderazgo. Urge evolucionar el concepto «jefe» hacia el líder que guía, enseña y facilita el desarrollo de nuevas competencias. Ahora dirigir incluye una gran capacidad de influir y exige agilidad de respuesta e ingenio. Recursos Humanos tiene el desafío de encontrar líderes que den resultados más por influencia que por autoridad.
- Atracción y compromiso. Hoy los jóvenes deciden dónde trabajar y buscan desarrollarse profesionalmente en las empresas que consideran dignas de orgullo. Es labor de la organización brindar incentivos para atraer al talento y, una vez que lo ha hallado, crear compromiso y pasión.
- Reinvención e innovación. El equipo de Recursos Humanos necesita ser un hábil consultor de negocio, valorar soluciones ágiles para mayor capacidad de reacción y de respuesta, desarrollar competencias de creatividad e innovación para sobrevivir y competir… En pocas palabras, necesita reinventarse.
El equipo de Recursos Humanos tiene un desafío que comienza con la interrogante: ¿qué competencias será necesario construir? Para descubrirlo, el primer paso es salir al mercado y entender el negocio en sus necesidades. Es muy útil el trabajo colaborativo entre personas de las distintas áreas de negocio, sólo así se combinan conocimientos y se aprende algo nuevo. También resulta provechoso realizar cambios en las rígidas estructuras y construir equipos de proyectos, pensar local y actuar global, incluir a las nuevas generaciones y desarrollar la mentalidad de innovación y mejora. Cambiar la clásica mentalidad mexicana de crisis a oportunidad y promover los cambios en la empresa de manera proactiva, retar a cada miembro en su modo de hacer las cosas. Concientizar a la organización acerca del cambio, reconocer que provoca incertidumbre y miedo, pero el cambio es la constante.