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El arte que potencia a México

Semillas, flores y materiales obtenidos de la tierra, se unen en una efímera expresión de arte que apela a la riqueza de las costumbres en comunidad: el alfombrismo.
 
Charlamos con Miguel Ángel Miranda, director ejecutivo de Alfombristas Mexicanos, para nuestra nueva sección «México 360», en la que a lo largo del año estaremos publicando entrevistas con personas cuya labor inspira para construir un mejor México. Alfombristas Mexicanos es un colectivo que busca preservar, difundir y promover una de las principales tradiciones de Huamantla.
 
¿Cuándo surge la tradición del alfombrismo?
El alfombrismo tiene cerca de 180 años. Surge en la comunidad de Huamantla, en Tlaxcala, con un enfoque religioso, aunque también retoma antecedentes prehispánicos, remite a cuando Xochiquetzalli (diosa mexica de la belleza, las flores y el amor) conectaba con los dioses a través de caminos de pétalos y flores.
Hay una diferencia de términos entre tapete y alfombra. Los tapetes se diseñan para ser transitados y admirados; en cambio las alfombras se diseñan con un fin meramente contemplativo. En palabras llanas podría decirse que el tapete se pisa y la alfombra se contempla. En Huamantla se construyen ambos ejemplares durante agosto.
El día 14 por la noche se lleva a cabo la tradicional «noche en que nadie duerme», en ella la virgen de la Caridad peregrina entre 9 y 12 kilómetros de tapetes realizados especialmente para ella. Este evento resalta algunos valores de la comunidad, pués esta se organiza para realizar los tapetes, abriendo las puertas a sumar talento, colaboración, alimento e infraestructura.
De igual forma, todas las noches de agosto se ofrenda una alfombra distinta en el atrio de la Iglesia de la Caridad. Estas suelen representar hechos religiosos y se realizan con los materiales que aporta la comunidad: frijol negro, mazorcas, tunas… independientemente del sentido y el mensaje que se transmite a través de una imagen o estampa religiosa, se busca que los elementos conecten con la comunidad del lugar. Ninguno de los componentes se altera en su aspecto o se tiñe.
A las seis de la tarde comienza la comunidad a elaborar una alfombra para que en la misa de las seis de la mañana inicie su exhibición, que dura todo el día y es retirada al día siguiente cuando la suplen por otra alfombra que aporte la comunidad.
Los materiales con los que se realiza la alfombra se recogen y reparten entre la misma gente para que les sirvan. Se trata de semillas distintas, arroz, todo lo que proviene de la tierra y que puede ser útil de nuevo, excepto las flores, pero hasta ellas tienen un significado porque se trata de dalias, la flor nacional mexicana; se dan en Huamantla y su floración es en agosto, se recogen en las faldas de la Malinche.
La obra representa toda una identidad. Se trata de ofrendar de forma religiosa, pero también es una manera de regresar a la tierra lo que ella da para subsistir. Por otro lado, las obras que se realizan tienen alto poder para generar colectividad y ser incluyentes. No es una obra individual realizada por un maestro alfombrista. Son muchas personas las que colaboran para que se lleve a cabo la obra.
 
¿Cuál es la relevancia del maestro alfombrista?
El talento de los maestros ha ido evolucionando y creciendo, al grado que ya está en una fase artística. No se trata solo de hacer una figura, sino que los elementos y las bellas artes confluyan para convertirse en una obra sublime.
La comunidad de Huamantla tiene a sus maestros alfombristas y adquieren ese estatus gracias al pueblo. Puede ser que tenga un oficio de carpintero, sea un profesionista o tenga un negocio. En agosto la comunidad le pide que sea el maestro y es un honor el que sea elegido. Es una elección directa, honoraria, con base en su perfil y estilo. Sería muy difícil que se negara. Más bien se esmerará en hacer su obra para que cumpla sus fines, y transmita el mensaje. La comunidad confía en que él se encargará de organizar al grupo para hacer la obra. Reparte tareas y la gente lo sigue como a un maestro.
 
¿Los maestros cuentan con algún entrenamiento?
No. Es una labor generacional que les exige física y mentalmente. Cuentan con aptitudes para organizar a la gente y hacer correcciones en el momento en que se requiera, sin importar cuántas horas se ha trabajando. Y se logra porque tienen la meta común de que sea un trabajo que quede bien.
 
¿El alfombrismo se realiza en otra parte de México o del mundo? 
Se realiza en algunas comunidades de Puebla y Tlaxcala; sin embargo las alfombras de Huamantla son más evolucionadas, profundas y originales.
En otros países también se realiza esta actividad. Hemos visto técnicas distintas, con mensajes diferentes. Hay zonas que únicamente la llevan a cabo para exhibición. En otras es claro que se trata de una devoción religiosa. En algunas partes la comunidad genera economías alrededor del alfombrismo: turismo, generación de plantas y flores a lo largo del año. En Genzano, una comunidad muy cerca de Roma, ser alfombrista es el máximo honor. El alcalde fue alfombrista. Al evento le llaman L›infiorata porque las flores son el único elemento que utilizan para crear las alfombras. Es el evento turístico más importante del lugar. Un día antes todos los desempleados cuentan con un trabajo, se ocupan de deshojar las flores, porque toda la comunidad debe cooperar.
En las Islas Canarias las alfombras se realizan con arena del volcán, en otros lados se hacen únicamente con sal. Cada uno tiene su estilo. En Taipéi, visitamos el Museo Nacional de las Religiones y descubrimos que existen lugares en el mundo donde la religión se enseña a través de alfombras. Invitaron a México para llevar a cabo una exhibición que duró seis meses con las alfombras de Huamantla. No es presunción, pero México tiene las mejores alfombras del mundo. Ganamos el primer lugar en 2018.
 
¿Cuáles son los valores del alfombrismo?
La obra en sí siempre es importante, pero igualmente son los valores que fluyen en la colectividad, los materiales, el diseño, la jornada de trabajo, la conexión con otras comunidades y el objetivo: realizar la obra. Existen tres roles en el alfombrismo:
Maestro alfombrista. Representa el arte y la creatividad. Tiene la obligación de plasmar un mensaje, pensar el proyecto, el diseño y organizar a la comunidad.
Alfombrista. Colaca los materiales y la estructura.
Voluntarios. La obra misma depende de ellos, pues aportan su trabajo para la construcción de la alfombra.
 
¿Cuál es la misión de Alfombristas Mexicanos?
Buscamos potenciar esta tradición, llevarla de la localidad al mundo, por ello en 2014 creamos una asociación donataria sin fines de lucro. Queremos que México sea conocido, no sólo por el tequila o los mariachis, sino también por el alfombrismo.
Éste es un arte efímero por los materiales con que se realiza, sin embargo su mensaje perdura en el tiempo. Y es verdaderamente efímero porque lo que se extiende en las calles, y que se elaboró durante 12 horas, en circunstancias ambientales de sol o lluvia, dura hasta el instante en que pase sobre ellos la procesión.
Considero que es una expresión vivencial, que no exige que para participar seas artista, pintor o alfombrista, es una actividad incluyente, toda la comunidad participa y convive con el otro para crear algo. Tienes que hacer equipo necesariamente y es lo que se valora.
Todo esto tiene gran significado espiritual. Valorar el trayecto y no solo el resultado, porque este dura muy poco, noción contraria a muchas formas de ver la vida. En Alfombristas Mexicanos hemos alineado todos nuestros temas en cuatro ejes de trabajo.
1. Acervo y patrimonio. El objetivo es recuperar el patrimonio cultural y material de nuestra tradición alfombrista. Al ser obras efímeras nos hemos dado a la tarea de construir un acervo fotográfico y de video. Buscamos también documentar la autoría de la obra y el impacto que tuvo en la comunidad: cuántos elementos naturales se usaron, cuántos voluntarios participaron, hacia dónde se expandió el beneficio de la obra.
2. Proyectar a México. Deseamos comunicar el valor del alfombrismo mexicano en todo el mundo, conectar con comunidades de mexicanos en el extranjero y dar mensajes positivos a través del alfombrismo.
3. Educación y medio ambiente. Apostamos por formalizar la transmisión del alfombrismo, del arte y los valores a través de un programa de educación. Hacemos énfasis en la importancia de ser responsables con los materiales.
4. Comunidad. Impulsamos la colectividad e inclusión. El impacto que puedes tener a nivel sensible en personas que probablemente han tenido alguna fase de sufrimiento, de estar desintegrada. Al momento de estar en la obra, la gente se transforma. Pondré un ejemplo en este sentido. Por ejemplo, en 2017 se llevó a cabo una obra en la plazoleta del Monumento a la Revolución, su montaje tardó cinco días ininterrumpidos y pudimos ver los distintos públicos que transitaban por la zona: los que montaban en bicicleta, los que paseaban a sus perros, los niños de la calle que viven en los subterráneos de la zona, los pordioseros. Se integraron a la obra y no la dejaron hasta que terminamos. Lo mismo sucedió con personas que bajaban de las oficinas de Reforma, trabajaban un rato en la obra a la hora de su comida, o niños que se salían de clase para acompañarnos. Un fenómeno muy interesante.
 
¿Cuál es la derrama económica del alfombrismo?
Hemos generado un modelo de cadena productiva. Son seis los pasos que seguimos para desarrollar una obra.
1. El medio de producción. El material que se produce para hacer la obra proviene de la tierra, es natural y brinda beneficios. Así pasa con la materia prima de nuestras alfombras.
2. La producción. La transformación y preparación de materiales se encuentra a cargo de una comunidad de alfombristas, capacitada para desempeñar esta labor y por la cual perciben una remuneración. Es decir se generan empleos temporales en torno a la obra.
3. Confección de la obra. La alfombra comunica un mensaje para los que participan en la elaboración y también para los que la admiran.
4. Reutilización. Tiene que ver con el tema ambiental. Todo regresa. Tratamos de cumplir con ciclos responsables de los materiales. No usamos plásticos por ejemplo.
5. Gráfica. El proyecto tiene tres etapas: antes, durante y después. Antes corresponde a escuchar de qué va la obra. Ese proyecto tiene que ponerse en las manos del maestro, escucharlo, dimensionar los elementos del contexto, si va a ser al aire libre, cuánto va a durar, qué materiales, qué logística, cuántos voluntarios se necesitarán, cómo será la producción gráfica, el especialista que hará el trazo, la logística de los voluntarios (60 un día, 70 otro, quizá 100 una noche), el costo de: traslado de materiales, mano de obra, logística del equipo, dónde se quedará la gente que va de Huamantla, dónde comerán, etcétera.
El durante es la ejecución de la obra. Aquí se hacen evidentes los valores del alfombrismo. Unos estamos ocupados en documentar esos valores, en dar testimonio de qué va sucediendo. Si hay que deshacer algo, si llovió y se mojó, cualquier inclemencia ambiental.
En la fase del después está la construcción de los elementos para el registro de la obra como acervo patrimonial, darle continuidad a los valores.
6. Construcción de acervo. Cada obra de arte efímero construye el acervo alfombrista que se documenta a través de memorias de diseño, fotografías, videos y testimoniales. También regresamos con la comunidad por una retroalimentación, a cerciorarnos que se transmitió el mensaje de la obra, que llegaran los elementos a donde queríamos. Hemos instrumentado métodos de evaluación: realizamos una encuesta con los visitantes o alguna dinámica para conocer el impacto, saber qué sienten, si llegó el mensaje, qué opinaron. Resulta complejo porque se trata de arte y resulta intangible, depende de la percepción de las personas.
Cabe mencionar que buscamos un modelo de sustentabilidad financiera. En nuestro recorrido hemos encontrado elementos que no habíamos visualizado y descubrimos que existe un área interna en asociaciones sin fines de lucro, asociaciones culturales o asociaciones de asistencia, que es una Dirección de Procuración de Fondos. Nuestro fin no es sólo hacer una alfombra, sino transmitir al mundo la cultura y tradición de México; trasmitir valores culturales y educacionales del país en las instituciones, llevarlos a sectores marginados. Es muy amplio el espectro de lugares y públicos hacia donde podemos ir con el alfombrismo.
Lo que nosotros hacemos es cultura ybuscamos acercar la cultura a las personas. Que se sientan orgullosos de lo que son, de lo que hacen, de lo que pueden lograr en comunidad. Nuestro tema de cultura toca diferentes puntos: social, medio ambiente y económico.
 
¿Cómo es que lo que ustedes promueven nos hace ser un mejor México?
El alfombrismo te permite reconocer que el trabajo en equipo te empodera como comunidad. Esto sucede en Huamantla. Pueden tener muchos problemas o diferencias, pero se unen con un objetivo en común. Considero que ésta es una muestra clara de que, si todos nos sumamos, podemos construir cosas enormes. Lo vimos en una alfombra que realizamos en Xochitla, ahí tuvimos que convencer a los voluntarios bajo el argumento de que, si ponían algo de sí, podrían ver que era posible construir una alfombra de 2,500 m2, en dos días.
Estoy convencido de que si tienes un objetivo en común, todo confluye hacia él. Acercar la cultura te sensibiliza y te permite ver todo el panorama para mejorar en distintas áreas: si valoro mi cultura, el lugar de donde vengo, lo que hago y el producto que se realiza, lo cuidaré.
Entre los beneficios que hemos encontrado con el alfombrismo están el orgullo por nuestras tradiciones, el desarrollo comunitario, la participación colectiva, sensibilizar a las personas en cuanto a otros temas, generar conciencia, transmitir un mensaje, un desarrollo personal, alimentar la espiritualidad.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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