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El mundo vira hacia el oriente

Para aquellos que nacimos en el mundo del predominio occidental, especialmente regido por el poderío político, económico y militar de Estados Unidos (EU), es difícil aceptar que el mundo se mueve hacia Oriente. Sin embargo, es una realidad irrefutable.

Naturalmente, nuestra vecindad con EU provoca que la mayor parte de las noticias y acontecimientos estén relacionados con el país del norte. La inmigración se mueve hacia sus fronteras, el turismo se desplaza hacia y desde su vasto territorio y su cultura se dispersa en todos los rincones de nuestro país. Esto es lógico, porque nuestra geografía obliga a las relaciones comerciales, políticas y familiares, a tal grado que solemos pensar que el mundo no va más allá de este país.

Sin embargo, el mundo se mueve hacia Oriente a una velocidad sin precedentes. También hay que decirlo, Oriente se mueve hacia el mundo y su expansión exige cada vez mayor comprensión de los retos, riesgos y oportunidades que este reordenamiento global representa.

EL DESPERTAR DEL DRAGÓN

Desde hace algunos años, el crecimiento de China situó a Oriente como una región a la que debíamos poner atención. Antes del despertar del dragón dormido, Asia exhibía niveles de desarrollo parecidos a los que hoy encontramos en África. La región en sí misma no representaba ningún tipo de poder en sí misma y sólo era citada por su mano de obra barata y por su exacerbada pobreza.

A partir de la década del 2000, China comenzó a mostrar relevancia en el mundo, primero por la producción que comenzaba a representar, pero posteriormente por el consumo y el poder económico y político. En la actualidad China se ha convertido en el contrapeso de EU en prácticamente todos los frentes. Los diarios y revistas más importantes del mundo dedican una sección al gigante asiático paralela a la sección de nuestro país del norte. El mundo ha dejado de tener un líder único y ha comenzado una dinámica de balance de poderes fácticos entre dos países que fueron socios durante décadas, pero comienzan a presentar severas diferencias, como resultado del crecimiento y aspiraciones expansionistas del país de Oriente.

Adicionalmente, el crecimiento de China se ha convertido en el motor del desarrollo de Asia del Este, pues la producción de este país ha cruzado fronteras y ha provocado que múltiples países de la región se beneficien de la ola de producción que detonó China y, posteriormente, del consumo del gran dragón. No obstante, actualmente China ya no es el único motor de desarrollo de la región, pues siguiendo e incluso superando las tendencias demográficas y de crecimiento económico del coloso del este asiático, un país aún más grande en múltiples sentidos comienza a dar visos de relevancia en el sur del continente. Naturalmente el país al que nos referimos es India.

Sin duda, China sigue siendo el líder asiático, pero India crece a pasos agigantados y amenaza con usurpar el lugar del dragón del este hacia mediados de este siglo. En conjunto, ambas superpotencias, que detonan crecimiento en sus respectivas zonas de influencia no dejan duda de que el mundo vira hacia Asia y que el nuevo poder del viejo Oriente se expande hacia el mermado mundo occidental.

Actualmente la clase media oriental se aproxima a los 2,300 millones de personas, lo cual —de acuerdo con Brookings— sucederá el año próximo (2024), convirtiéndose en el punto de inflexión en el que, más de la mitad de la población asiática, será considerada clase consumidora o clase media. En tiempo presente la población del este de Asia y naturalmente de China lideran este indicador en números absolutos, pero en porcentaje es el sur de Asia, liderado por la India, la región que presenta expectativas de mayor crecimiento para las siguientes dos décadas.

LO QUE CHINA REPRESENTA HOY

Sin duda, Estados Unidos sigue ostentando el liderazgo global en lo que a Producto Nacional Bruto se refiere. Sin embargo, considerando la variable del poder de compra, China superó a EU en el año 2014, con casi 18 billones (trillions) de dólares. Actualmente el tamaño de la economía China es de 19.37 billones de dólares en precios corrientes, pero ello equivale a 33.01 billones, con ajuste al poder de compra (ppp), frente a los 26.85 billones de dólares de EU (en ambas mediciones, pues este país es el referente para el ajuste al poder de compra).

La economía es apenas la punta del iceberg. De acuerdo con The Economist, con base en datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), para el año 2020 China ya tenía una sociedad comercial preponderante con más del 70% de los países del mundo. En lo que refiere a financiamiento global, BBC con base en AIDdata muestra que en diversos años de la década pasada, China dispersó cerca del doble de préstamos que EU en el mundo, muchos de ellos enfocados a infraestructura, que será utilizada para motivar el comercio de la nueva ruta de la seda de China.

Como se mencionó anteriormente, China adicionalmente ha dejado de ser sólo la fábrica del mundo, para complementar su importancia como el mayor mercado de consumo del planeta. En 2020, con base en datos del FMI, la clase media china alcanzó un gasto de 7.3 US billones (trillions) de dólares (2011 ppp), colocándose muy por encima de la clase media estadounidense, que gastó 4.7 US billones de dólares. Este monto supone que China representó en ese año un 17% del consumo global contra 11% de EU. Adicionalmente, China ya ha superado los 1,400millones de personas, lo cual la coloca como un gigante demográfico con una población en edad económicamente (PEA) activa muy poderosa. Ciertamente hoy la demografía es una de sus grandes ventajas y en el futuro se convertirá en uno de sus grandes retos. Estos son solo algunos indicadores que muestran el crecimiento de China, pero los hay en prácticamente todos los campos: ciencia, tecnología, educación, milicia, etc.

LO QUE INDIA REPRESENTA HOY

China es una realidad, India es una promesa, sin embargo, parece ser una promesa con gran sustento. Después del año 2020, que representó un momento trágico por efectos del COVID, India se ha recuperado en prácticamente todos los ámbitos. De acuerdo con el FMI, en 2021 alcanzó un crecimiento económico de 9.1% y se ha estabilizado para el presente año y los venideros en números que pueden superar 6%. La población de la India acaba de rebasar al número de la población china, alcanzando 1,440 millones de personas, con la diferencia de que su perfil demográfico tiende a ser sumamente joven y promete convertirse en una PEA de forma preponderante en los siguientes 15 años.

Con base en información de The Economist, en el resto de la década la PEA de China descenderá en más de 40 millones de personas, mientras que en India se incrementará en más de 100 millones, permitiendo que para 2030, India ya haya alcanzado una mayor PEA que China (1,000 millones vs 950 millones). El desarrollo tecnológico, tanto en infraestructuras como en capacidades de su población, sumado a la variable demográfica que se acaba de mencionar, posiciona a India como un gran jugador en mano de obra local y a distancia. En las cadenas de suministro actuales, aun cuando hay países que se han posicionado bien como Vietnam, sólo India tiene el mercado laboral suficientemente vasto para competir con China. Numerosas compañías comienzan a posicionar su producción en el país del sur de Asia, aprovechando este mercado laboral que adicionalmente es de menor costo que el del este asiático.

Adicionalmente, otras compañías contratan colaboradores a distancia que pueden realizar trabajo remoto y que tienen su base en India, aunque las compañías estén basadas en otros países. India sin duda destaca en diversos campos de la tecnología, industria farmacéutica y química, cine, industria automotriz, agricultura, etcétera.Y no podemos olvidar que, de acuerdo con, muchas encuestas internacionales, tiene como líder al primer ministro con mayor aprobación del mundo: Narendra Modi, con casi 10 años en el poder y quien se visualiza por más años al frente, dando continuidad al desarrollo del país. Esta variable, al igual que se comentó en el caso de China, actualmente parece ser una ventaja, pero en el futuro puede ser un reto.

NO HAY QUE OLVIDAR A RUSIA

Por si China e India no fueran suficientes motores para comprender que el mundo se mueve hacia Oriente, también debemos recordar que la parte oriental del territorio ruso, lo convierte en el país más grande de Asia, a la vez que su territorio en el continente europeo lo convierte en el territorio más extenso de Europa. Rusia, al menos en tiempos modernos, es un país situado en Europa central, pero con su gran territorio, gran parte se mira hacia el este.

Sin duda alguna, Rusia juega y ha jugado históricamente un rol preponderante en la geopolítica global, por su multiplicad de fronteras y extensión territorial. Sin embargo, en la actualidad su importancia en el reordenamiento global tiene un énfasis distinto. Si recordamos los tiempos de la Unión Soviética liderada por Joseph Stalin o Nikita Krushchev, el balance del poder en el mundo se dirimía entre EU y la URSS, siendo China un país afín a los soviéticos por el modelo comunista, pero con un enfoque agrícola y sin poder económico. Mao incluso se llegó a replegar al proceso de industrialización por temor al predominio que los soviéticos podrían ejercer sobre su país. Hoy el mundo es distinto. Los chinos son mucho más poderosos que los rusos, pero Rusia juega un rol fundamental en el balance global de poderes.

Si bien es cierto que India es el próximo líder en ascenso, nadie cuestionaría que en la década actual, los dos gigantes se llaman EU y China. Nuestro vecino del norte llegó a convertirse en la potencia hegemónica del mundo por alrededor de 30 años, precisamente después de la caída de la URRS (sin otro país que le hiciera   contrapeso).

Hoy, desde mi punto de vista, aunque ya no vemos a un EU todopoderoso (sin contrapesos), sigue siendo la primera potencia del mundo, posicionándose China como la potencia número dos y en ascenso. Llegará el día, quizá hacia el cierre de esta década, que China podrá considerarse la primera potencia del mundo, pero mientras esto suceda, para que el balance de poderes con EU tenga equilibrio, China necesita a Rusia.

Para los chinos, el abastecimiento de energía por parte de Rusia (además de otras materias primas), el componente armamentista y las implicaciones geopolíticas que el territorio ruso implica, son la cuña que complementa el poderío chino. Hoy el bloque China-Rusia es probablemente igual de poderoso que lo que EU representa. Es por esta razón que China seguirá estrechando sus lazos con Rusia y no permitirá que los rusos sucumban ante las presiones occidentales.

Además de que China no dejará caer a Rusia, Xi probablemente no dejará caer a Putin. Si en algún momento el presidente ruso sufriera un golpe de Estado o perdiera continuidad en su gobierno, lo lógico sería que esto sucediera a manos de un opositor al régimen que fuera afín a Occidente. En este contexto, lo natural sería pensar que China e India seguirán fortaleciéndose y que los rusos no dejarán de jugar su rol, lo cual solamente fortalecerá al bloque oriental en el corto plazo.

LOS RETOS DEL ASCENSO ORIENTAL

Ahora bien, el ascenso del mundo oriental no implica la caída de Occidente, ni que este cambio de liderazgo se vislumbre sin complicaciones. Por una parte, la expectativa de un movimiento gradual en el que Estados Unidos sea reemplazado por China como primera potencia no supone el debilitamiento absoluto de este país, sino un fortalecimiento relativo de China, por lo que seguiremos viendo a EU como uno de los principales jugadores políticos y económicos del mundo, junto con sus aliados de Europa occidental.

Quizá más importante: cuando el mundo oriental se consolide, habrá pugnas por el poder dentro de la misma región, como naturalmente sucede en un reordenamiento de poderes. Sería completamente factible que eventualmente haya intenciones de China por apoderarse de territorio o recursos rusos, por ejemplo en la región de Siberia, lo cual podría enfrentar a estos dos países. Paralelamente podríamos esperar conflictos de gran escala entre China e India por los intereses comerciales de los chinos en el sur de Asia y la injerencia que están teniendo en Pakistán.

Adicionalmente China experimentará el envejecimiento de su población sin haber preparado un Estado de bienestar sólido y probablemente su líder supremo, Xi Jinping, seguirá fortaleciéndose de forma individual, minando la institucionalidad del Partido Comunista Chino en el mediano plazo y, con ello, la posibilidad de transiciones de gobierno exitosas en el futuro. India por su parte no dejará de enfrentar complejidades en su desarrollo económico, cuando éste impacte su sistema de castas y usos y costumbres, a la vez que verán consolidarse a su también todopoderoso primer ministro Modi, lo cual en el corto plazo será seguramente positivo, pero en el mediano plazo podría presentar el riesgo de que la democracia más grande del mundo se vea tentada a transicionar hacia el autoritarismo que ya reina en China y Rusia. El mundo vira inevitablemente a Oriente, pero las dinámicas de reordenamiento global apenas comienzan. En Occidente no podemos perder de vista este cambio de direcciones, pues a la vez de la multiplicidad de retos que representará, igual será el abanico de oportunidades.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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