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Unidad, riqueza y perplejidad

«Desde mi punto de vista, el liderazgo se puede aprender. También es cierto que hay una serie de competencias, de características, que favorecen que ese desarrollo del liderazgo sea más fácil para unas personas que para otras. Uno puede proponerse ser líder, tener todas las cualidades del mundo para serlo, pero se requiere una llamada, es decir, un reconocimiento explícito por parte de aquellas personas que necesitan ser lideradas, quienes te permiten ser líder. No es solo una cuestión de capacidades, tiene que existir una necesidad real detrás». «La autoridad, entendida como formal o informal, siempre viene de fuera. La persona recibe un nombramiento y el puesto conlleva esa autoridad formal, ese poder, o bien se trata del reconocimiento externo por parte de los colaboradores que tiene a su cargo en la organización. Un líder debe tener autoridad del tipo que sea, formal o informal. Para hacer crecer ese liderazgo, inequívocamente hace falta autoridad informal; un verdadero prestigio personal ante los colaboradores. De lo contrario, la única herramienta para mover a la acción va a ser el poder puro y duro, cuya capacidad de acción es muy limitada». «La incertidumbre, la toma de decisiones y la acción directiva son cosas tremendamente unidas. Sabemos que el mercado es volátil, incierto, cambiante, pero claro, la toma de decisión para un directivo implica incertidumbre, riesgo, porque estamos discriminando toda una cantidad posible de alternativas y eligiendo una acción. No hay certeza sobre si esa decisión va a producir los resultados deseados y si fue la mejor. Sobre esto nunca hay garantías: es una decisión prudencial y solo la experiencia y el tiempo demostrarán si fue o no buena. Por tanto, la incertidumbre es parte del oficio directivo». «Es verdad que los tiempos modernos parecen más inciertos que en otras décadas o siglos, pero me parece que la incertidumbre es parte del camino del ser humano en este mundo. Es inevitable e incluso conveniente. Si la tarea directiva estuviera atada a una serie de fórmulas que arrojan un resultado indiscutible, no sería tarea directiva: podría ser para un robot, una máquina, un algoritmo».

«La característica fundamental de un líder tiene que ser la preocupación por aquellas personas a las que está llamado a liderar. Esa es una condición insustituible, aunque no suficiente para ejercer un buen liderazgo». «Es cierto que la fascinación por lo tecnológico nos está poniendo en el ámbito directivo grandes retos. La tentación de pensar que los sistemas normales de gestión pueden gobernar por sí solos a las personas también es constante. Serán tecnologías que facilitan la vida de la persona, la tarea, pero nunca van a sustituir la relación personal entre el líder y la persona a la que está llamado a liderar. Liderar implica una relación entre personas, dirigir en el fondo es gestionar relaciones humanas». «Sería un error pensar en la sustentabilidad únicamente desde el punto de vista ecológico, o desde el netamente financiero, de permanencia en el mercado. Ambas cosas nos remiten a un elemento común, que es la razón de ser de una organización. Si ésta es satisfacer la necesidad de personas concretas, accionistas, trabajadores y por supuesto el cliente, el mercado, la sostenibilidad de una organización es imprescindible. Una cosa no puede ser buena y mala al mismo tiempo. Su carácter medial hará que termine por desaparecer, porque estará en conflicto. Por tanto la sostenibilidad tiene que ser entendida de una manera integral». «La Semana Internacional cumple con la misión del IPADE de ser un nodo, un cruce de caminos entre distintas culturas latinoamericanas, y lo hace de una manera real y eficaz con su misión y vocación. La riqueza es la constatación de que los problemas que tiene el directivo como persona y como directivo son los mismos, independientemente de la empresa, el país y el mercado. Es darse cuenta de que uno no está solo, que hay una comunidad internacional de directivos que pasa por las mismas dificultades, que tiene los mismos anhelos y satisfacciones». «Por otro lado, el enriquecimiento propio de conocer participantes de otros programas de Executive MBA de otros países, con sus maneras de aproximarse a los casos, con su experiencia previa, reporta a cualquier participante un gran beneficio, después de haber estado durante muchos meses haciendo una maestría y confluir en un lugar donde lo que encuentra son iguales». «Yo resumiría mi experiencia en esta Semana Internacional del MEDEX en tres palabras. La primera sería unidad, en referencia al descubrimiento de que estamos ante los mismos retos. La segunda sería una gran riqueza de puntos de vista, de opiniones, de experiencias. La última es la sana perplejidad. Uno oye hablar del IPADE, conoce gente, profesores, participantes de programas, pero descubrir cómo se hacen las cosas aquí, la fidelidad a la misión institucional, el compromiso de cada uno es es toda una lección, todo un aprendizaje de compromiso con la misión».

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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