Las empresas en México deben replantear su papel social, que no puede limitarse a lo económico, sino al bienestar de las personas. Esto, que no es sino un aspecto de la sustentabilidad, es ahora indispensable en el contexto mexicano tras las elecciones.
Durante la Semana Internacional MEDEX, se llevó a cabo un panel de expertos, con Claudia Jañez, quien actualmente preside el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo; Rodrigo Pacheco, periodista titular del programa de radio Imagen Empresarial; y Francisco López Díaz, director general de Coparmex. El tema fue México, la sustentabilidad, la equidad de género y el papel de las empresas mexicanas en el entorno actual. Estas fueron las ideas destacables del diálogo, moderado por Rodrigo de León, director del área de Entorno Político y Social de IPADE.
Rodrigo de León: En México acabamos de vivir un proceso de elecciones federales, que incluyeron gran cantidad de cargos legislativos y locales, además de la presidencia del país. Desde nuestro punto de vista, obtenido de los empresarios que pisan estas aulas, el sector empresarial vivió un shock el día después de la elección. Esta situación me recuerda el día posterior a la elección de Donald Trump, en diciembre de 2016. Estaba en mi último año de doctorado, viviendo en un condado cercano a Atlanta, Georgia. Fue un estado que Trump ganó, pero en Atlanta Hillary Clinton se llevó 90% de los votos. Aquella mañana, en el Starbucks de siempre todo estaba en total silencio, como en luto. Este mismo sentimiento se apreció el 3 de junio en México en ciertos círculos. El shock y la incredulidad, el dolor y la sorpresa. Días después leí un editorial titulado «Yo pensé que mi burbuja era más grande». Me parece que varios pensábamos lo mismo. Claudia Sheinbaum, la actual presidenta electa, llegó a 36 millones de votos, contra 16.5 millones de Xóchitl Gálvez, que fue el segundo lugar. Estamos hablando de una diferencia de 20 millones, el triunfo más contundente de la historia moderna de México. La reacción al día siguiente fue de incredulidad, algunos hablaban de fraude. Desde luego, hubo incidencias, movilizaciones, los programas sociales fueron muy relevantes en la inclinación al voto. Sin embargo, lo más riesgoso es la negación. De acuerdo con las encuestas de salida, no hubo un solo segmento de ingresos que ganara la oposición. Ni siquiera el de 50,000 pesos hacia arriba. ¿Por qué ni si quiera la clase media votó mayoritariamente por la oposición? ¿Por qué programas de 3,000 o 4,000 pesos por casa provocaron una inclinación del voto hacia el gobierno actual? ¿Por qué ingresos tan menores son determinantes? Cuando entiendes que en México el sector privado es la clave de la economía –no tenemos una industria dominante del gobierno, sino empresas privadas con alta integración internacional y altísima diversificación nacional–, donde está el ingreso de las personas, su formación, donde se desarrollan y construyen su vida, diría que si a algo tienen que cimbrar estas elecciones es al sector privado. Es preciso un cuestionamiento, al margen de todo lo que el gobierno haya hecho y aprovechado con su infraestructura, para ver hacia dónde vamos, cómo vamos a hacerlo mejor, a ser socialmente más responsables, a construir cultura y ciudadanía, a provocar que los ingresos sean mayores y que en algún momento el país se desarrolle y la gente vote distinto. Con la llegada de Claudia Sheinbaum al poder, si revisan diarios, revistas, programas internacionales, México está en el spot light mundial. Una de las cosas más importantes hoy es la posibilidad de que una mujer presidente lleve a un país y por lo cual el rol de la mujer se vuelva preponderante. Me gustaría comenzar preguntando a cada uno de nuestros invitados algo diferente. Quiero empezar con Claudia Jañez, sin duda una de las mujeres más emblemáticas de este país. Es consejera de innumerables empresas y tiene una trayectoria en el mundo corporativo. Cuando alguien quiere saber qué expectativas hay de la mujer en este país, hay que preguntarle a Claudia.
Claudia Jañez: Soy generación MEDEX 2000- 2002, fuimos 70 personas en la generación y sólo cuatro mujeres. Empiezo con eso, porque efectivamente este país es uno antes y otro después del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Lo mismo aplica para la equidad de género y el avance de la mujer en el sector empresarial. Ojalá que teniendo una presidenta mujer se garantice que habrá equidad en políticas públicas, pero este hecho, o tener equidad en el Congreso y un gabinete paritario no garantiza nada, porque es cuestión de voluntades. Se trata de cómo trabajamos la Academia, la sociedad civil, los gremios empresariales y sobre todo las empresas en tener políticas e instituciones que verdaderamente impulsen a las mujeres en la vida pública. El mundo está de cabeza viendo a dónde llevar su dinero, y creo que tener en México una presidente mujer no es lo que hay que resaltar. Tomé la presidencia de Dupont hace diez años. Hoy ya no estoy ahí, soy presidenta ejecutiva de ConMéxico, el Consejo Mexicano de la Industria del Consumo. Cuando recibí la presidencia de Dupont, hay que imaginarse, fui la primera mujer en ese puesto en una compañía química de 210 años y 95 en México. Era como un marciano. La compañía tenía plantas, yo tenía 43 años y no soy ingeniera. Era impresionante, pero lo que me preguntaban en todos lados era: ¿qué opina tu esposo? ¿Qué se siente ser la primera mujer? Eso no lo viven mis colegas hombres. Aprendes a lidiar con este tipo de preguntas, porque no me nombraron en Dupont, ni estoy en el Consejo de Administración de América Móvil por ser mujer. La linda cara ayuda, pero eso se termina en tres minutos. Quien no da resultados, ejecuta, hace alianzas, no dura. Creo que hoy este país necesita cambiar y hacer alianzas, después de lo que Rodrigo nos compartió. Sí creo que ayuda mucho tener una mujer en la presidencia, pero eso no necesariamente significa que habrá políticas públicas con visión de equidad. No me refiero nada más a género sino a minorías. Cuando tienes 85% del producto interno bruto con Pymes, no puedes estar pensando que los grandes empresarios rigen el país. Están estos pequeños empresarios a los que debe apoyarse y hoy muchas mujeres necesitan capital, acceso al crédito, oportunidades, piso parejo. Creo que hay un retroceso grave en el mundo respecto de la equidad de género, y no es culpa más que de la pandemia. Lo dicen ONU mujeres, INEGI, McKinsey. Lo que hizo la pandemia fue retrasarla diez años, porque en el mundo, quienes dejaron de trabajar para ir a cuidar enfermos y niños que no iban a la escuela, fueron las mujeres. Tenemos que comenzar a hablar más de talento, porque las mujeres que estamos hoy aquí sentadas no somos víctimas. Si ya estudiaste una carrera, si tienes un trabajo, si tienes acceso a estos foros, si estás estudiando el MEDEX o una Maestría, no puedes ser víctima, no puedes ser parte del problema. Estos feminismos aguerridos, de lucha, están bien para un cierto momento, pero lo que hoy tenemos que lograr es un piso parejo, creo que de eso se tratan las políticas públicas. Estoy en seis Consejos de Administración, todos de empresas públicas gigantes y, en casi todos, o soy la única mujer, o somos dos. El único en donde somos cuatro es en la Bolsa Mexicana de Valores. Suelen preguntarme qué se necesita para llegar a los Consejos. Se vuelve un círculo vicioso porque te piden experiencia, y que hayas sido presidente o director general, pero si no dan oportunidad de serlo, ¿cómo? Por eso en los Consejos de Administración, parte de la sustentabilidad está en la diversidad, inclusión y, sobre todo, la equidad. Sustentabilidad no únicamente trata de energías limpias, de operar con responsabilidad, de ser rentables, sino también de preocuparse por la sociedad y el desarrollo. La iniciativa privada tiene mucho qué hacer y la Academia en todos sus niveles debe hacer mucho más por la sustentabilidad.
«Cuando tienes 85% del producto interno bruto con Pymes, no puedes estar pensando que los grandes empresarios rigen el país. Están estos pequeños empresarios a los que debe apoyarse y hoy muchas mujeres necesitan capital, acceso al crédito, oportunidades, piso parejo».
Claudia Jañez
Rodrigo de León: Paso con Rodrigo Pacheco. Uno de los temas que pueden tener mayor incertidumbre en este país es qué va a pasar con las libertades, con los contrapesos. La palabra «república» supone, como parte fundamental, la división de poderes. No es que hoy no exista, pero de facto ya no habrá un Poder Legislativo que haga contrapeso, y tampoco un Poder Judicial. Eso supone que los contrapesos fácticos toman mayor relevancia, como los mercados. Otros son contrapesos legales, pero internacionales. El Tratado de Libre Comercio comenzará a jugar un rol de que no era tan preponderante antes. Otro fundamental son los medios de comunicación. ¿Cómo esperarías que fuera el entorno de libertad de expresión en este sexenio? ¿Cuál es el rol que los medios de comunicación, que los líderes de opinión deberían de jugar?
Rodrigo Pacheco: Comparto la incertidumbre, porque estamos todavía en momentos muy tempranos. Claramente hay una reconfiguración profunda del país, coincido. Creo que lo fundamental ahora es tener buenos diagnósticos de qué ocurrió. Con datos muy puntuales, podemos ver que en Chihuahua Claudia Sheinbaum se llevó una ventaja de 11%. Si revisas el estado por clases sociales. de acuerdo con INEGI, es evidente que mucha de la clase media votó en su favor; en Jalisco y Guanajuato, también. El único en que no ganó Sheinbaum fue Aguascalientes.
«El país se mueve y navega bajo un esquema internacional. Somos una economía de mercado, una democracia, hay que asegurar que sigamos siéndolo».
Rodrigo Pacheco
La sofisticación del votante no alcanzó para visibilizar la complejidad de otorgar una mayoría calificada para hacer reformas constitucionales. Esto por supuesto nos ha colocado en una situación muy desafiante a los medios de comunicación. A lo largo de la administración que termina, hubo empresarios valientes, como Olegario Vázquez Aldir, dueño de Grupo Imagen, con los incentivos de un jugador muy grande. Muchos dueños de comunicación grandes han tenido la capacidad de resistir, pero seis años más con la señal que dieron las urnas seguirá siendo muy desafiante. Afortunadamente la revolución tecnológica que hemos vivido, especialmente en los últimos 20 años, ha quitado intermediarios en la información, y hoy cada uno de ustedes, si tiene una computadora conectada a Internet con una cámara, puede comunicar. Esto cambia el paradigma del siglo pasado, donde aparecían en pantalla Jacobo Zabludovsky o Joaquín López Dóriga, y esa era la narrativa oficial. Hoy ya no es así, y hay una enorme oportunidad de narrativas distintas. Uno de los temas fundamentales es que la oposición no está presente. México resulta contrastante con lo que vimos en la democracia británica, tras la renuncia del primer ministro Rishi Sunak. El político se responsabilizó por la derrota de su partido en las elecciones legislativas, en un ambiente armonioso, de cero venganzas, a pesar de que es un cambio importante que tomen el mando los laboristas. Lo volvimos a atestiguar con el voto sofisticado de los franceses en un mecanismo de segunda vuelta. Nosotros no tenemos una oposición que esté a la altura. Lo que tendría que decir al sector privado es que se requieren más mecanismos de participación política. Un empresario, por naturaleza, no quiere participar porque no está diseñado para eso, pero claramente, por el desafío que vive el país, esto tiene que comenzar a cambiar. Por ejemplo, sobre el tema del salario mínimo Coparmex fue una de las voces en favor de actualizarlo, antes de que esta administración lo impulsara. Todavía continúan estas enormes distancias económicas, que en una democracia tienen como resultado lo que acabamos de vivir. Desde el punto de vista de los medios de comunicación, va a ser un desafío, porque son seis años más. El mandato fue muy claro y el poder político está más concentrado que nunca, lo que supondrá un reto para todos los periodistas. Objetivamente, hay cosas que no cambian, como la necesidad de la inversión en energía. Puede ser que los mexicanos piensen de una forma y los votos lo expresaron, pero necesitamos inversión en infraestructura eléctrica, capital privado para el sector de hidrocarburos, resolver el problema en seguridad. Los mercados de capital no cambiaron tampoco, ni el método como asignan el riesgo de un país que ya no tiene división de poderes. El país se mueve y navega bajo un esquema internacional. Somos una economía de mercado, una democracia, hay que asegurar que sigamos siéndolo. Muchos tienden a despreciar a quien votó distinto a ellos, sobre todo en las cajitas de resonancia, pero lo más importante es tender puentes, porque los vamos a necesitar. Hay que entender cuál fue el racional de quien pensó distinto a mí y tender lazos para, cuando sea el momento crítico, ver si es posible cambiar su percepción.
Rodrigo de León: Pasamos con Francisco López Díaz, director general de Coparmex, que es la organización patronal más importante de este país y que durante este sexenio se distinguió por ser un contrapeso constante. En el mismo contexto, ¿cuál crees que tendría que ser el rol del empresario?
Francisco López Díaz: Quiero hablar del shock del 3 de junio. Previo a la elección estuvimos haciendo desde Coparmex un trabajo muy importante promocionando el voto. Nuestra teoría es que mientras más participara la gente, más se iban a equilibrar las decisiones, pero nos fallaron todos los cálculos. Pensábamos en el voto joven, que se fue por otro lado. El voto de las clases medias, el voto culto. Creíamos que la gente que no quería opinar en las encuestas seguramente votaría por la oposición, y no fue cierto. Como dicen, el golpe de realidad nos llevó a reflexiones muy profundas. Coparmex cumple este año 95 de existir, siempre ha sido de libre afiliación y estamos en 105 ciudades del país. Es un organismo con una representación regional importante. La mayor cantidad de nuestras empresas son micro y medianas, aunque tenemos también grandes corporaciones. Tenemos empresas de servicio, de comercio, de industria. Lo que nos caracteriza es que tenemos diversidad empresarial, sectorial, regional y nos da una visión de lo que pasa en el país. Aun así, nos fallaron todos los pronósticos y consideramos que hay algo que reforzar. Desde hace unos cuatro años el presidente de Coparmex, José Medina Mora, ha impulsado una fórmula a la que llamamos «Modelo de Desarrollo Inclusivo», que implica cambiar el lenguaje del empresariado. Por supuesto, queremos generar inversión y desarrollo económico, pero también tenemos que atender la desigualdad social. Los empresarios tenemos que ver por los que menos tienen, hablar de equilibrio. No podemos ver sólo lo económico y que los políticos se encarguen de lo social. La empresa tiene una gran misión: el impacto social que tiene en el mundo y por supuesto en México a veces no lo comunicamos, lo damos por hecho. Es ahí donde tenemos que cambiar la forma de comunicarnos, el lenguaje. El sector empresarial sí tiene que ver por los intereses económicos, pero tenemos también que hablar de la persona, de los trabajadores. Ya lo decía Rodrigo de León. Hace cerca de ocho años que Coparmex comenzó a hablar de incrementar el salario mínimo y parecía raro. Hicimos un análisis y el tamaño de la economía mexicana no tenía correlación con el tamaño de los salarios en México, había que dar un impulso a la productividad, pero yéndonos a la base de la pirámide. No era posible que un salario mínimo no alcanzara para una canasta básica alimentaria. Hoy día todavía no lo hace. Tenemos que irlo incrementando, hay que poner atención a esa base social. La buena noticia es que cuando la base crezca, también estimulará los negocios, el comercio, la formalidad. Esto ayuda al crecimiento del país. Regresando a la pregunta sobre la labor de los organismos empresariales, la enfocaría desde la perspectiva de la participación. No pasan de ser dos de cada 10 compañías las que participan en algún organismo empresarial. Los gremios tenemos que dar un valor a las membresías y hoy, «Decimos que hay que ser realistas, pero con esperanza. Realistas porque cruzamos la calle y vemos que todavía hay mucha desigualdad, falta de oportunidades. Debemos buscar que todas las personas tengan la oportunidad de un desarrollo inclusivo, que puedan crecer». Francisco López Díaz al hablar de una nueva configuración política donde la oposición quedó muy disminuida, los contrapesos son muy importantes, y los gremios empresariales requieren voz. Coparmex no puede ser un gremio en donde estemos todos en contra del gobierno, porque saldríamos del radar, del diálogo con las autoridades. Tampoco puede ser un gremio que siempre le diga que sí, porque hay cosas en las que no estamos de acuerdo. Hicimos un semáforo sobre las 100 propuestas de la presidenta electa, y consideramos los temas en los que estamos totalmente a favor. Por ejemplo, en el tema de desarrollo inclusivo, salud universal para todos. Tenemos que ver cómo los sistemas de salud pública tienen que mejorar en este país y cómo el sector empresarial puede contribuir. Otro rubro es la educación. En México estamos a punto de salir de la prueba PISA, que mide las habilidades matemática, lectora y ciencias, lo que sería un grave error. Por ello nos cuestionamos cómo, desde el sector empresarial, podemos buscar un Modelo de Desarrollo Inclusivo, en donde nadie se quede fuera. No queremos hablar del modelo neoliberal, o del modelo 4T, queremos hablar del Modelo de Desarrollo Inclusivo. Decimos en Coparmex que debemos promover que todas las personas tengan la oportunidad de desarrollar su máximo potencial. Cada persona es única e irrepetible. La buena noticia es que dentro de la empresa podemos ser artífices de esto, no tenemos que esperar a que venga el gobierno a resolverlo. Una autocrítica que hemos hecho en Coparmex fue que nos faltó comunicarnos con la sociedad. Debemos comunicar la importancia no del empresario, sino de la empresa en el entorno público y entonces sí, en la representatividad, poder ser un contrapeso. ¿Qué tanto has platicado sobre la labor de tu empresa, del impacto tiene en la comunidad? ¿Qué tanto participas en la comunidad empresarial y lo compartes? Decimos que hay que ser realistas, pero con esperanza. Realistas porque cruzamos la calle y vemos que todavía hay mucha desigualdad, falta de oportunidades. Debemos buscar que todas las personas tengan la oportunidad de un desarrollo inclusivo, que puedan crecer. Las empresas tenemos aquí una labor que llevar a cabo y tenemos que comunicarlo. Nos preocupa mucho el tema de la Suprema Corte de Justicia, la sobrerrepresentación y lo estamos haciendo público. Lo que estamos haciendo es fomentar el diálogo con las autoridades, con el Tribunal Electoral, exponiendo que se tiene que respetar la Constitución. Los empresarios no somos, político-partidistas, pero sí somos políticos. Tenemos que meternos a la política desde la parte empresarial, sin entrar a un partido; hay que ser una voz dentro de la opinión pública.
«Decimos que hay que ser realistas, pero con esperanza. Realistas porque cruzamos la calle y vemos que todavía hay mucha desigualdad, falta de oportunidades. Debemos buscar que todas las personas tengan la oportunidad de un desarrollo inclusivo, que puedan crecer».
Francisco López Díaz
Rodrigo de León: Nos platicaba José Medina Mora que fueron a ver al Papa Francisco junto con un grupo de empresarios con orientación social. El Papa les dijo: «Después de todo lo que me han platicado no me resta sino felicitarlos por el desarrollo económico que sus empresas han provocado en sus países. Me queda la pregunta de qué están haciendo por el desarrollo social». A final de cuentas, en el sector empresarial no nada más se queda el desarrollo económico. Ahora unas preguntas del público.
Pregunta 1: Tomando en cuenta el tema de la sobrerrepresentación, y los retos de desigualdad y falta de equidad, ¿consideran ustedes que las condiciones en México están dadas para la inversión extranjera o nacional?
Claudia Jañez: Yo creo que sí. Cuando comenzó el presidente López Obrador yo era presidente del Consejo de Empresas Globales: más de 50 empresas, públicas y extranjeras. Ha sido uno de los sexenios en que mejor les fue a las empresas industriales. Hoy que tengo el gusto de presidir el Consejo Mexicano de la Industria del Consumo, hay 40 empresas, las más grandes del país, como Bimbo, Lala, Alpura y hasta Mattel. Han tenido no solo un buen año en temas de rentabilidad, sino que han crecido los empleos. Sí, creo que hay condiciones para invertir y nos está ayudando mucho que el mundo está de cabeza. Creo que no hemos aprovechado el nearshoring, ni 10% de lo que deberíamos y tendríamos que ser mucho más vocales para tener contrapesos, lo que no significa pelear. Hoy hay que colaborar. Los empresarios hoy deben tener un enfoque sobre que ya no basta con generar empleos, con decirle a la gente que gracias a nosotros tienen trabajo. Las empresas nos estamos peleando el talento y tenemos verdaderamente que preocuparnos por el bienestar, porque a las empresas, a las ciudades y a los países, las hacemos las personas.
Pregunta 2: Hablan de tender puentes, pero se antoja complicado porque hay una polarización fortísima, y hay un riesgo ya manifestado sobre perder la independencia de los tres poderes. ¿Cómo mantenerse moderado ante un ambiente que invita a lo contrario?
Rodrigo Pacheco: Me parece que hay que ser ecuánimes, algo que se ha perdido mucho. Acabo de tener una entrevista con el número dos de la Secretaría de Hacienda, y encontré a un tipo racional, bien intencionado, que quiere hacer lo mejor. En el podcast fue muy abierto y me decía que nunca trabajó en el sector privado. Los funcionarios tienen una percepción de estar cuidando la cartera frente a los empresarios. Y los empresarios piensan que les van a expropiar, pero cuando dialogas con ambos lados, te das cuenta de que ambos son bien intencionados, que piensan lo mismo, que tienen solo diferencias en los «cómos» y en los «porqués». Una de las asociaciones más importantes que se dieron en esta administración fueron Univisión y Televisa. ¿Dónde se anunció? En «La mañanera». En 2020 la inversión más importante que en su momento hizo Microsoft, 5,000 millones de dólares, también se anunció aquí. Desde el discurso político, el presidente tiene cierta consistencia, pero al final se reúne con el empresariado, por la estructura de país que somos, en buena medida, un país de manufacturas vinculado a la región de Norteamérica. Me parece que Coparmex ha sido extraordinaria porque siempre ha tenido esta ecuanimidad de aplaudir, pero cuando hay que decir que la inseguridad es un problema, levantan la voz. No es algo menor. Es más fácil llevarte bien; también como periodista, es mucho más rentable, cuando menos en el corto plazo
Francisco López Díaz: La pregunta fue muy oportuna porque pareciera que estamos en un callejón sin salida. Cito un ejemplo: cuando diseñamos el Modelo de Desarrollo Inclusivo hicimos el trabajo de comentarlo en todos los círculos: sociedad civil, academia y partidos políticos. Por una situación, una diputada federal de Morena, Patricia Armendáriz, escuchó a José Medina en una conferencia y lo invitó a platicar sobre el modelo con los diputados de su partido en San Lázaro.
«El sector empresarial sí tiene que ver por los intereses económicos, pero tenemos también que hablar de la persona, de los trabajadores».
Francisco López Díaz
Pepe aceptó: Eran 120 presentes, más 80 conectados. Al inicio estaban los diputados con cara como de querer atacar. Habló de los atributos y sobre lo que creíamos. Cuando terminó, las caras cambiaron y comenzaron a pedir la palabra. Una diputada dijo que era líder del comercio ambulante de Tepito, que estaba de acuerdo con el planteamiento de lo inclusivo, dijo que suscribía todo lo que Coparmex planteaba, y que se podría hacer algo, cambiar la ley para que se incluyera a las empresas informales. En ese momento hicimos el vínculo. Otra diputada que estaba en silla de ruedas dijo que ella representaba a personas discapacitadas del país, que las empresas solían discriminarlos y planteó que Coparmex hiciera un programa para incluirlas. Le respondí que era buena idea, que hiciéramos el puente de diálogo para que pudieran participar. Así fue cómo una plática de dos horas duró cuatro, platicando con los diputados de Morena, encontrando puentes de diálogo. Nos dimos cuenta de que lo que ha faltado son más espacios de conversación. Cuando abrimos el diálogo, nos damos cuenta de que hay algo que nos une a todos: el amor por México. Queremos el bien del país. Cuando estableces puentes, rompes paradigmas.
Las empresas tenemos verdaderamente que preocuparnos por el bienestar, porque a las empresas, a las ciudades y a los países, las hacemos las personas.
Pregunta 3: Soy de República Dominicana. Para mí es muy interesante la política mexicana. Fue muy impactante constatar que habrá una presidenta mexicana, porque internacionalmente se conoce a México por ser un país muy machista. Leyendo sobre su trayectoria, parece que proporcionó mucha ayuda a mujeres artesanas. Sé que en los países latinoamericanos hay un presupuesto para ayuda social mi pregunta es ¿cómo ven con el nuevo gobierno esas ayudas sociales?
Claudia Jañez: No hay un plan como tal, pero han sido muy vocales, tanto ella como su equipo, en que creen en las participaciones público-privadas. Todavía no hay un marco legal específico, pero esto va a lo largo y ancho del país. Es algo lo que en la iniciativa privada tenemos que ser más vocales: cómo juntos podremos sacar adelante a este país, acortar la brecha social y es algo que nosotros <tenemos que proponer al gobierno.
Francisco J. López: A veces se dice que hay que enseñar a pescar, no dar el pescado. En Coparmex creemos que hay que hacer las dos cosas, porque hay situaciones de pobreza extrema en la que sí tienes que dar el apoyo social para la supervivencia, y paralelamente ayudar a salir de la pobreza. Creemos que las políticas públicas sociales tienen que empezar a orientarse hacia que la persona salga de la pobreza, no a mantenerse en ella. Esto obviamente lleva a la evaluación del impacto de las políticas públicas. Si algo se perdió en este sexenio fue esa evaluación. Tenemos que retomarla.
Rodrigo Pacheco: Es cierto que en estos seis años se han transformado los programas sociales como un mecanismo de rentabilidad política. Se había construido por décadas, desde tiempos de Solidaridad o incluso antes, pero se había dado una profesionalización en el despliegue de programas sociales. En esta administración se pintaron todos de guinda, orientados hacia una rentabilidad política. Eso hay que saberlo y decirlo. Si hubo una utilización de programas sociales y recursos públicos para tener rentabilidad política. Creo que al final está en el interés de esta administración generar una estructura económica que realmente genere riqueza, porque, lo saben, no va a alcanzar el dinero para seguir teniendo rentabilidad política. Hay políticos que dicen que una familia promedio en México está recibiendo en promedio 12,000 a 13,000 pesos mensuales a través de programas sociales. Sin embargo, la manufactura de exportación para en promedio 18,000 pesos. No hay punto de comparación. En eso nos tenemos que apalancar, más que esperar a ver qué hace el gobierno. Si en algo fue exitoso López Obrador fue lograr la rentabilidad política de los programas sociales. Fue la capacidad de comunicación y la narrativa. ¿Qué comunica el presidente? Autenticidad, un mensaje muy claro y obvio, consistente. Me parece que eso debe tener una contraparte, porque el sector privado no comunica con esa intensidad, claridad, consistencia y me parece que hay un área de oportunidad importante, además de reactivar la oposición.
Rodrigo de León: Como comentario de cierre, hay que recordar que, así como Claudia Jaén decía que hay pluralidad de pensamiento en Femsa, Bimbo y los que estamos aquí, lo mismo pasa en el gobierno. Es difícil decir «el gobierno piensa», «Morena piensa». Una de las cosas con las que bromeo con empresarios es que les comento que, si están asustados, se imaginen estar en los zapatos de Claudia Sheinbaum. Están los grupos internos de Morena, todos los grupos de la coalición; un Partido Verde que es hoy la segunda fuerza más importante en el Legislativo, por encima de Acción Nacional; el actual primer mandatario que en cierta medida no querrá irse. Hay que imaginar el nivel de cabildeo, el nivel de puentes que deberá tender. En algún momento el empresariado puede ser alguno de esos grupos de influencia que no estaba naturalmente con el presidente anterior, pero que ahora pueda tender puentes con la presidenta. Me parece que viene un país de negociaciones, de puentes, de cabildeos, pero también de oportunidades y termino retomando el tema de la juventud de este país. La edad media de Japón es de 54 años, lo que quiere decir que más de la mitad de los japoneses tienen más de esa edad. La mediana de edad de España es de 49 y la mediana de México es de 29. Es un país que tiene retos y complejidades, pero todo por construir.