Modelos de vida para el gran público. Por una ética de la narración
Si el hombre es un «animal que cuenta historias», que aprende a distinguir el bien y el mal gracias en buena parte a los relatos, se comprende la importancia de quien elabora esos modelos de comportamiento. Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, la mayor parte de las narraciones que configuran la percepción de la vida cotidiana, no las cuentan los padres, ni la escuela, ni la comunidad religiosa, son productos industriales y se elaboran en buena medida siguiendo las directrices del marketing.