Eros: El verdugo de la humanidad
Guardar el equilibrio entre lo sublime y lo cursi es tarea ardua. Hasta la fecha que conmemora el amor ha discurrido desde la burda lascivia hacia un festejo religioso, para terminar, hoy como simple mercadería. Héctor Zagal recuerda que en la antigüedad Cupido no poseía la imagen cándida de un mancebo alado, sino la de un monstruo que martirizaba a los hombres.