Árboles eléctricos
En la película Babe, el puerquito valiente, el pato Ferdinand dice algo que puede tener mucha lógica: los humanos no comen gatos ni perros (con excepción de algunas latitudes, o al menos eso es lo que cuenta la gente) porque son indispensables. Por eso el pobre pato Ferdinand busca con desesperación hacerse imprescindible. ¿No sería maravilloso que los árboles fueran visiblemente indispensables para no sólo no talarlos sino cuidarlos y protegerlos? Y digo visiblemente, pues cualquiera con un poco de sentido común se da cuenta de que sin árboles, la vida es mucho más difícil.