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Miguel Ochoa. Entre la pasividad y la realización

No importa quiénes somos o dónde nos encontremos, lo que es irrefutable es que el juego de la vida, y por consiguiente el juego empresarial, es cada día más complicado. Atrás quedaron ya las respuestas que se sabían de antemano y las estrategias que deberían seguirse.
El juego tiene, hoy, un sospechoso y notable parecido con el partido de criquet que jugó Alicia en el país de las maravillas: todo se mueve, nada permanece quieto. El palo es un flamingo y la pelota un armadillo…, así no se puede jugar, ¿o si?
El resultado del partido tendrá que ver con la camiseta que utilicemos durante el juego: ¿seremos del equipo de los perplejos, aquellos que ven pasar la vida y se acoplan a lo que el entrenador-adivino proponga, o de los laboriosos, aquellos acróbatas diligentes y perseverantes que, más que soportar las jugadas, las crean y aprovechan?
Esta es la gran disyuntiva que vislumbra Miguel Ochoa, catedrático del IPADE durante 25 años, en su libro Futuro, ¿adivinarlo?… ¿o forjárnoslo?
El futuro es hoy y lo construimos nosotros.
¿Qué le motivó a escribir?
Hace 25 años que me dedico a la docencia en una institución por la que han pasado más de 12 mil de los directores de empresa más prestigiados de México. Como académico, me interesa generar casos para que los directores puedan potenciar su capacidad empresarial.
Me enorgullezco ¾ con orgullo ajeno¾ de los triunfos de las empresas incluidas en el libro. Han servido de reflexión para perfeccionar la capacidad directiva de los participantes del IPADE. El libro me permite transmitir estas valiosas experiencias al público en general.
¿Cuáles son los principales mensajes?
Recordar algo que el empresario sabe pero que conviene repetir frecuente y enfáticamente: que sí podemos competir, con gran éxito, entre las naciones del primer mundo, a pesar de los pesares.
Harvard Business Review publicó en 1991 una carta mía, que se reproduce en el libro, manifestando esa convicción que hoy adquiere especial validez ante la sacudida reciente. Hemos de luchar de modo solidario, optimista y perseverante. No tenemos otra opción. Japón y Corea han superado problemas peores. Como comento en el libro, Soichiro Honda es un gran ejemplo. Hay muchos más.
Otro mensaje es que la excelencia nunca se encuentra en las cosas sino en las personas. Esta es una idea que aprendí del doctor Carlos Llano, director-fundador del IPADE. Mejorar una empresa exige perfeccionar al hombre desde dentro, no tanto en lo que sabe, sino en lo que es. Mucha gente cree que puede ser de una manera en su familia y de otra, muy distinta, en su empresa. Se equivocan. Los valores de la persona permean todas sus actividades. Más que crecer en su voluntad de dominio, la persona debe crecer en el dominio de su voluntad. Allí reside el gran “secreto” de la eficacia.
Las experiencias de las cuatro empresas ¾ y muchas otras exitosísimas que por fortuna hay en nuestro país¾ son la mejor prueba de ello.
¿Con qué criterio eligió a las empresas descritas en el libro?
Las cuatro se distinguen por su arrojo, determinación, perseverancia, afán de logro y capacidad de no conformarse con un presente “bueno”, sino forjar un mejor futuro para ellos y sus colaboradores.
¿Podría describirlas brevemente?
AutoFinAuto es una empresa que en sus 15 años de operar se ha convertido en el líder del autofinanciamiento automotriz. Juan Antonio Hernández Venegas, su fundador, sigue haciendo el mejor de sus esfuerzos por buscar nuevos productos. El autofinanciamiento de inmuebles es su proyecto más reciente. Nos parece que en este también va a tener gran éxito. Juan Antonio apuesta a que nuestra economía se estabilizará. Voto como él. No tenemos otra opción que seguir forjando ¾ con hechos¾ nuestro futuro.
DAC Software es la primera empresa que José Manuel Hurtado Joachín fundó en Dallas y le hizo merecedor del premio El empresario del año. Barbara Hackman Franklin, secretaria de Comercio de los Estados Unidos, entregó la presea. José Manuel es la única persona que ha ganado esa distinción en dos ocasiones. Se lanzó a la conquista del mercado más grande del mundo y triunfó. Tiene una enorme experiencia que transmitirnos. Es un forjador de futuros.
DICOM se ha distinguido, en solo 7 años de operación, por lograr el primer lugar en las ventas de mayoreo en equipo de cómputo. Probablemente por ser la empresa líder, INGRAM ha venido a buscarles para comprar parte del negocio. Ahora forman INGRAM-DICOM, y tienen ambiciosos planes de expansión. ¿Cuál es el secreto de su éxito? José Luis Rodríguez y Manuel Sáenz, actualmente presidente y director general de la empresa, responden con sencillez: “No hay secreto, basta tener objetivos claros y trabajar con intensidad”. Conviene analizar su experiencia y reflexionar sobre ella. Son un par de ases.
El Norte fue calificado por un importante diario internacional como el periódico más influyente en el país. Alejandro Junco se ha distinguido por haber ganado más premios internacionales y por el liderazgo tecnológico que ha imprimido a su negocio. Infosel Financiero es la mejor demostración.
La primera quincena de noviembre de 1994, la gente del Reforma ¾ que es la renovación de El Norte en el Distrito Federal¾ dio manifestaciones de unidad y valor muy apreciadas por el público capitalino. Me alegró ver fotos de ejecutivos de todos los niveles de la empresa, de intelectuales ¾ Krauze, Meyer…¾ . diputados, senadores, incluso de la señora Cecilia Soto, voceando el periódico. Agrego algo. Acabo de recibir un libro que propone la agilidad como arma competitiva ¾ time based competition¾ para que las empresas prosperen anticipando las necesidades de sus clientes incluso antes de que estos las perciban. Entre los casos ejemplares de esta línea de pensamiento que se empieza a poner de moda, este libro incluye solo dos empresas mexicanas. El Norte es una de ellas.
Las cuatro empresas han sabido marcar el rumbo. Son forjadoras del futuro. He aprendido al verlas actuar. Estoy seguro de que quien lea el libro no podrá evitar hacer una reflexión profunda.
En síntesis, ¿su libro es “solo” una colección de experiencias exitosas?
Mi libro invita al lector a reflexionar sobre las dos tareas genéricas de la alta dirección: tomar decisiones y mandar hombres.
No es una obra triunfalista ni un chek list sobre cómo lograr el éxito en tres lecciones. No creemos en semejante cosa. Sabemos que hay gran demanda por soluciones fáciles. Como sociedad, nos interesa el fast food y el inglés en tres semanas. A quien busque ese tipo de opciones le sugerimos que, por favor, no lo compre. Se desilusionará. Sentimos recordarlo, pero sigue siendo verdad aquello de que “al que quiera azul celeste…”.
El libro ilustra el proceso de toma de decisiones como un medio para forjarnos un futuro. Pero la decisión es uno de los temas más huidizos ante la reflexión. No es lo mismo afrontarla aquí, que allí; entonces, que ahora; más joven, que adulto; como analista, que como protagonista; con neutralidad, o apasionadamente. Como dijo el presidente Kennedy: “La esencia de una decisión permanece, a veces, impenetrable a los ojos del observador. A menudo, aun para el mismo que decide. En el proceso de decidir siempre habrá algo oscuro e incomprensible, misterioso inclusive para todos aquellos que puedan haber estado íntimamente involucrados”.
Es un tema que se rebela a un formulario de soluciones y, sin embargo, es vital para cualquier director. Nos hemos limitado a ofrecer reflexiones tomadas de una realidad rica y potencialmente enriquecedora. Pinceladas de saber prudencial.
Se trata de un tema inagotable. Esperamos, sin embargo, arrancar algunas claridades al misterio.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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