Un abril encantado
Elizabeth von Arnim
Novela
Colección Extra Alfaguara. México. 1995, 330 págs.
Elizabeth von Arnim
Novela
Colección Extra Alfaguara. México. 1995, 330 págs.
La problemática feminista no era ajena a las escritoras de principios de nuestro siglo. Prueba de ello es la existencia -y el éxito editorial- de Un abril encantado de la australiana Elizabeth von Arnim. Esta novela adquiere los visos de una auténtica curiosidad literaria para las lectoras de finales del milenio. En parte porque si bien la búsqueda de identidad femenina podría parecernos ingenua, no lo es tal. Y por otro lado, la presencia superficial de las figuras masculinas obligan a quien lee Un abril encantado a centrar su atención en el corazón de estas cuatro heroínas.
Se trata de una exquisita galería de personajes, enmarcada en un soleado rincón de Italia. Con el pretexto de unas primeras -y verdaderas- vacaciones, cuatro mujeres inglesas de vida gris y aburrida intentan encontrar el sentido de sus vidas. Sin importar si son jóvenes o de edad madura, ricas o con estrecheces económicas, la autora las hermana alrededor de una búsqueda común. Así, la stanislawskiana pregunta de ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, se repite una y otra vez. Lejos de los hombres que aparentemente les dan existencia, estas cuatro mujeres alejan las sombras del pasado para centrarse en un presente promisorio, tanto como las flores de la Riviera que se abren a la luz del sol, expandiendo su aroma.
Sí, claro que hay hombres. Inevitablemente aparecen en escena. Pero también -al igual que sus mujeres- éstos se hallan perdidos sin el eterno complemento. Entonces, ¿dónde está la fuerza de la debilidad o la debilidad de la fortaleza?
Sin apelar a finales convencionales, el amor hará de las suyas. Pero Von Arnim apunta más alto y más lejos: la posibilidad de una amistad profunda y duradera -que al principio parecía imposible- unirá a estas cuatro mujeres con un vínculo más indisoluble que el mismo matrimonio.
En síntesis: se trata de una pequeña obra de arte exquisita, con mensaje y mucha tela de dónde cortar. Porque con más libertades y oportunidades de desarrollo personal, el corazón de la mujer de finales del siglo XX no se aleja demasiado del de estas antepasadas suyas.
Se trata de una exquisita galería de personajes, enmarcada en un soleado rincón de Italia. Con el pretexto de unas primeras -y verdaderas- vacaciones, cuatro mujeres inglesas de vida gris y aburrida intentan encontrar el sentido de sus vidas. Sin importar si son jóvenes o de edad madura, ricas o con estrecheces económicas, la autora las hermana alrededor de una búsqueda común. Así, la stanislawskiana pregunta de ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, se repite una y otra vez. Lejos de los hombres que aparentemente les dan existencia, estas cuatro mujeres alejan las sombras del pasado para centrarse en un presente promisorio, tanto como las flores de la Riviera que se abren a la luz del sol, expandiendo su aroma.
Sí, claro que hay hombres. Inevitablemente aparecen en escena. Pero también -al igual que sus mujeres- éstos se hallan perdidos sin el eterno complemento. Entonces, ¿dónde está la fuerza de la debilidad o la debilidad de la fortaleza?
Sin apelar a finales convencionales, el amor hará de las suyas. Pero Von Arnim apunta más alto y más lejos: la posibilidad de una amistad profunda y duradera -que al principio parecía imposible- unirá a estas cuatro mujeres con un vínculo más indisoluble que el mismo matrimonio.
En síntesis: se trata de una pequeña obra de arte exquisita, con mensaje y mucha tela de dónde cortar. Porque con más libertades y oportunidades de desarrollo personal, el corazón de la mujer de finales del siglo XX no se aleja demasiado del de estas antepasadas suyas.
