Augusto Monterroso
Cuentos
Alfaguara. México. 1996, 360 págs.
Brevedad fructífera, como en El dinosaurio (y la misma Fecundidad). Y, sobre todo, plenitud de paradojas de la vida ordinaria, ironía de los lugares y frases comunes con un delicioso y fino sentido del humor. No faltan, sin embargo, ciertos tópicos anticlericales y alguno que otro cuento con personajes subidos de tono: si se toman en cuenta estos aspectos, la riqueza literaria y la sabiduría destilada en los distintos cuentos y, especialmente, en las fábulas de este literato, exiliado en nuestro país desde 1944, producen un enorme gozo en el lector ávido de calidad y frescura.
Con un buen número de premios literarios (Xavier Villaurrutia, 1975; Juan Rulfo, 1996; entre otros), Monterroso ha sido homenajeado en su original Guatemala (aunque nació en Tegucigalpa en 1921) con un doctorado Honoris Causa por la Universidad de San Carlos (1996): fue entonces cuando, por fin, “nuestro” guatemalteco pudo volver físicamente a su patria.
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