Social entrepreneurs and the power of new ideas
Comentario de Alejandro Villanueva
Este es un libro acerca de personas que resuelven problemas sociales a gran escala. La mayoría de sus personajes no son famosos. No son políticos ni industriales. Algunos son médicos, abogados o ingenieros. Otros son consultores, trabajadores sociales, maestros o periodistas». Así comienza el nuevo libro de David Bornstein, publicado por Oxford University Press en 2004 y cuya edición en español está aún en proceso.
Este joven periodista se dedicó a recorrer el globo durante cinco años buscando personas que desde la trinchera ciudadana hubieran logrado cambios sustantivos en el mundo, basándose principalmente en el poder de la innovación, la audacia y el compromiso de hacer cambios positivos.
Como señala el mismo autor, su libro «no busca exaltar a unos pocos hombres y mujeres, sino llamar la atención hacia el rol que juegan como un actor que impulsa el cambio social». Bornstein considera a estos «emprendedores sociales» fuerzas transformadoras de la sociedad, ya que resuelven problemas complejos de una manera poco conocida, beneficiando a miles de personas. Son ejemplo de cómo cada ciudadano, sin necesidad de ser rico o poderoso, puede hacer la diferencia.
El libro narra, por ejemplo, la historia de Bill Drayton, fundador y actual director de Ashoka, organización que apoya a emprendedores sociales alrededor del mundo desde su etapa más temprana: la concepción de la idea. En esta etapa, es poco común que otras fundaciones o gobiernos apoyen al emprendedor y sin embargo, es un momento crítico para convertir la idea en una realidad. A la fecha, Ashoka ha respaldado a más de 1,500 emprendedores sociales en 52 países, generando una de las redes ciudadanas más importantes y potentes del mundo.
Otro personaje descrito es Erzsébet Szekeres, madre de un niño con discapacidad que, ante la enorme frustración generada por las deficiencias en la atención que recibía su hijo por parte del servicio público en Hungría, emprendió un proyecto para dar una vida más digna a miles de personas con discapacidad mental, que ha sido ejemplo en su país y otras naciones.
Jeroo Billimoria, una maestra de servicio social, es otro ejemplo de lucha ante un problema común de su país, India. Se trata de la terrible situación de violencia, marginación y desprecio que enfrentan los niños de la calle. Jeroo creó un sistema llamado Childline (línea infantil) que busca proporcionar atención rápida y efectiva a niños que viven en la calle, aprovechando una línea de atención telefónica permanente y una red de voluntarios que trabajan junto con servicios médicos y otras autoridades.
El trabajo de Jeroo implicó, entre otras cosas, sensibilizar a la policía para evitar la violencia con la que frecuentemente se trataba a los niños. Hoy, su proyecto se ha expandido a la mayoría de las ciudades importantes de la India a través del Childnet (red infantil) salvando y transformando miles de vidas diariamente.
Más allá de describir los casos, una de las aportaciones más importantes de este libro es que busca entender mejor a los emprendedores sociales, las fuerzas que los mueven, y sobre todo el rol cada vez más importante que juegan en la sociedad. También intenta identificar patrones entre los factores que les han permitido lograr éxito en temas diversos como desarrollo económico, educación, salud, derechos humanos o medio ambiente y en realidades tan distintas como las selvas amazónicas, los suburbios asiáticos o las grandes urbes norteamericanas.
En medio del mar de malas noticias al que estamos expuestos todos los días, este libro habla de la generosidad del espíritu humano y plantea cómo cada ciudadano puede generar soluciones reales a problemas graves que, tristemente, estamos acostumbrados a aceptar sin cuestionamientos. Es un libro que enseña y motiva. En palabras de Nelson Mandela, «las historias de estos emprendedores sociales inspirarán y alentarán a muchas personas que buscan construir un mundo mejor». Es «maravillosamente esperanzador».