Rompiendo las barreras sociales y culturales
Una refrescante constelación de artistas chinas, con nombres impronunciables, sin complejos y enfrentadas a los prejuicios de una sociedad arraigadamente machista, buscó defender con su obra a la mujer de su país.
Como apunta Dou Tang, responsable de Art Scene Warehouse, una galería del complejo de Mogashan, en Shanghai: «las obras de mujeres se venden más, sobre todo entre occidentales». Según Tang, aunque ellas sólo exponen en una quinta parte del espacio, alcanzan un porcentaje de ventas superior al de sus compatriotas masculinos, aproximadamente 35% más.
La evolución femenina en China ha sido diferente. Y quizá, la introversión adquirida durante siglos se refleja en un arte más suave e intimista. No obstante, la mujer se suma a las corrientes más críticas de la sociedad y la política.
Los Juegos Olímpicos de agosto pasado llenaron de visitantes las galerías del 798 de Dashanzi, el distrito artístico de Beijing. Saborearon el arte de vanguardia light, que dejó a muchos con la boca abierta. Pero en la sombra quedarán las obras más atrevidas, sobre todo si los nombres de sus creadores se pronuncian en femenino.
07/agosto/2008