Trabajo como ejecutivo en una empresa. Hace tiempo un compañero dejó la compañía por razones personales y el empleado que ocupó su lugar no es del agrado de los demás, no lo integran en las actividades y buscan cualquier pretexto para señalar sus errores. Incluso el director del área participa en las agresiones. No estoy de acuerdo con este acoso y la presión por parte de mis colegas cada día es mayor. ¿Debo exponer a mi jefe y al área ante el director de la compañía?
LOS ASESORES SUGIEREN
Estimado ejecutivo, probablemente estamos ante un caso de lo que ahora se llama mobbing, que se define como un acoso psicológico sistemático y se manifiesta como una falta de respeto y consideración del derecho a la dignidad del trabajador.
El mobbing puede realizarse por compañeros del trabajo y de manera agravante por el jefe. Nace de un uso inadecuado (incluso patológico) del poder. La experiencia y los casos analizados dicen que siempre tiende a amplificarse progresivamente si no interviene alguien externo de manera enérgica.
Los resultados en las personas acosadas son terribles y degradantes, y en casos extremos han llevado al suicidio. La empresa es una comunidad de personas y el mobbing ataca directamente las bases de esta comunidad, si los directores no intervienen mandarán una señal terrible a la compañía de cómo ven ellos a las personas que trabajan ahí.
Sin embargo, antes de recurrir a una denuncia ante instancias superiores, te recomiendo intentar entender el asunto. ¿Cuál es la causa real del rechazo? ¿La provoca el empleado nuevo de alguna manera? ¿Qué motiva a los agresores? De haber una causa real, podría ser superable por el nuevo empleado. De otra manera, la acusación podría simplemente extender el rechazo también al acusador. Sólo una vez concluido que el mobbing es injusto e infundado, luce conveniente acudir a instancias superiores.
Rodrigo Villaurrutia
Profesor de Ética de la Empresa
Gradualidad. Hay que ir por pasos para resolver el problema. Denunciar no siempre es el camino, que además en este caso podría cortar cabezas y recrudecer la situación. Primero hay que analizar la o las causas del rechazo; segundo: cerciorarse de que el nuevo empleado es valioso y el grupo no lo aquilata. En la pregunta lo presupone pero antes de actuar hay que estar seguros.
Pienso que es mejor planear una estrategia de integración del nuevo compañero en el antiguo equipo. Estrategia que podría proponerse ante los superiores, con motivo u ocasión de cualquier otra cosa, el lanzamiento de un producto, un aniversario, o cualquier otro cambio que se vea cercano o atinado para «justificar» el proyecto integrativo, que por otro lado es siempre necesario, o al menos útil en estos casos.
Mientras tanto, una conversación seria con el jefe inmediato podría ayudar, buscando interesarle en el buen uso del recurso invaluable que es el nuevo empleado para mejorar las metas o logros que tiene planeados ese departamento. También podría ayudar alguna conversación con el nuevo, alentadora y con propuestas concretas.
Armando Reygadas
Abogado especialista en Ética de Empresa