Immaculée Ilibagiza Grupo Editorial Tomo. EEUU, 2009 250 págs.
El libro es el testimonio de la propia Immaculée, quien iniciando la Universidad, fue envuelta en el genocidio de Ruanda. Éste segó la vida de un millón de Tutsi a manos de la tribu Hutu, con la que ella y su familia convivieron, aunque marcados por humillantes desprecios. Sus padres y cuatro hermanos –fervientes católicos– fueron asesinados y su hogar, quemado. A ella la escondió el pastor del pueblo, en un diminuto baño –donde ya había otras cuatro personas, que luego llegaron a seis. Permanecieron allí tres meses, entumidas, muriéndose de hambre y de angustia. Huyeron en medio de mil peligros, pisando cadáveres y sorteando enemigos, sobrevivieron por milagro.
Immaculée sabía del asesinato de su familia y engendró natural odio y deseos de venganza a los Hutu, pero la fe la mantuvo y su alma no quedó en paz hasta que en su corazón brotó el perdón, incluso ante la presencia de quien asesinara a todos. Eso es lo importante de su escalofriante relato: la inmensidad de su fe y su capacidad de perdón. ¿Quién dice que el dolor no tiene valor?