El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es por ahora una medida internacional que ofrece una definición más amplia del bienestar de una nación. Se aparta de los criterios exclusivamente económicos, que reflejan sólo un aspecto de la realidad y busca medir las opciones que tiene un ser humano para ser o hacer lo que él desea ser o hacer, es decir: a mayor cantidad de opciones, mayor desarrollo humano.
«La verdadera riqueza de una nación está en su gente». Con esa frase emblemática iniciaba el primer Informe de Desarrollo Humano en 1990 y se ha tomado además como la premisa que orienta el quehacer del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU.
Por muchos años el PIB (Producto Interno Bruto) definía el puesto de cada país en el concierto de las naciones, porque se pensaba que el crecimiento económico representaba un estado de bienestar y que a mayor nivel de ingresos, mejor calidad de vida.
Pero ha quedado claro que riqueza no es lo mismo que desarrollo humano, por lo que se buscan nuevos parámetros para orientar el rumbo hacia el auténtico bienestar de la sociedad.
Además, han surgido muchos otros rankings que emiten organismos internacionales como el de Percepción de la Corrupción según Transparencia Internacional, el de Disparidad de Género del World Economic Forum, la prueba educativa PISA e incluso el que emite un índice y un mapa mundial de la felicidad.
El índice que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que publica cada año la ONU, mide los logros en tres aspectos básicos:
1. Una vida larga y saludable: medida según la esperanza de vida al nacer.
2. La educación: de acuerdo a la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria.
3. Nivel de vida digno: medido por el PIB per capita.
Surgió a raíz de la investigación del economista pakistaní Mahbub ul Haq y las aportaciones de Amartya Sen, filósofo y economista bengalí, ganador del Premio Nobel de Economía en 1998.
Prácticamente todos los medios de comunicación se hacen eco de inmediato de estos índices que presentan los datos como si se tratara de un campeonato, y los lectores rara vez cuestionamos su certeza o investigamos la metodología con que se elaboran. Aún así, y a pesar de las deficiencias que sin duda presentan, señalan los focos rojos con más objetividad que la de los grupos ideológicos o políticos de cada país.
PARA MEDIR EL PROGRESO HUMANO
Desde 1954 existía la preocupación en la ONU por elaborar una nueva metodología de análisis que separara el nivel de vida en distintos componentes como salud o educación. La estrategia del IDH busca introducir factores sociales, políticos, psicológicos y culturales que completan la lectura del PIB. Esto permite aplicar la idea de calidad de vida como la posibilidad que tiene el hombre para vivir su vida, ampliar sus posibilidades, o realizarse en sus aspiraciones.
Para esta visión el crecimiento económico es sólo un instrumento ya que no existe relación necesaria entre riqueza y desarrollo humano. El factor económico es importante, pero el auténtico motor y receptor del progreso es el ser humano que busca «ir más allá de la cuestión del ingreso para evaluar el nivel de bienestar de las personas a largo plazo», como señala la página de la ONU.
El IDH ha tenido un profundo impacto en las políticas de desarrollo en todo el mundo, analiza aspectos cruciales del desarrollo humano, desde las libertades políticas y el empoderamiento, hasta la sostenibilidad y la seguridad humana y esboza un amplio programa de investigaciones y políticas para responder a estos desafíos.
Su objetivo es medir el progreso humano y desencadenar acciones para el cambio, además de promover alianzas que influyan en él y aborden cuestiones relacionadas con los derechos humanos, la pobreza, la educación, la reforma económica, el VIH/SIDA y la globalización. Hasta el momento se han elaborado más de 600 informes regionales y subnacionales en más de 140 países.
Estos informes sirven como herramientas de análisis político que reflejan las prioridades de la gente, fortalecen las capacidades de los países, generan el compromiso de colaboradores nacionales e identifican desigualdades.
Los intentos por elaborar nuevos indicadores que midan el bienestar han aumentado en los últimos años. Será necesario encontrar indicadores más precisos que permitan calcular la estabilidad familiar y laboral, el equilibrio entre ambas áreas y la posibilidad de vivir en un entorno donde haya seguridad, educación y respeto a la ecología.
El IDH se mide en una escala de 0 a 1, y a partir de ésta se consideran distintos rangos de desarrollo humano. Se promedian los valores límite de los tres indicadores mencionados: de 85 y 25 años para la esperanza de vida al nacer, de 100% y 0% para los dos componentes de educación y de 40.000 y 100 $US para el Pib per cápita. Después se promedian y el resultado que arroja oscila entre 0 y 1, de modo que, cuanto más se acerca al 1, más desarrollo humano tiene ese país.
Estas cifras permiten una visión más amplia sobre qué cantidad de opciones tiene un ser humano en su propio medio para ser o hacer lo que él desea ser o hacer. Es decir que a mayor cantidad de opciones mayor desarrollo humano.
En el siguiente enlace podemos acceder a una herramienta del PNUD que permite hacer nuestro propio cálculo: http://proyectos.codice.com/pnud/home/calculo_idh.asp?paso1=1
LA TENDENCIA EN MÉXICO
La evolución de México ha sido positiva en el valor del indicador y en su posición relativa.
El documento Indicadores de Desarrollo Humano y Género en México, elaborado en 2006 por el PNUD de este país presenta a los diez municipios con el IDH más alto, en el que destaca el municipio Benito Juárez, del Distrito Federal, con valor de IDH de 0.9136. Mientras que, entre los diez municipios con el IDH más bajos, se ubica el municipio de Metlatónoc, de Guerrero, con un valor de IDH de 0.3886.
México en el mundo
El reporte de Desarrollo humano 2010 de la ONU analiza el comportamiento del IDH en el ámbito mundial, entre 140 países, de 1980 a 2010 y propone cuatro niveles en su ranking:
• Desarrollo humano muy elevado. Abarca 42 países
• Desarrollo humano elevado. De la posición 43 a la 85
• Desarrollo humano medio. De la posición 86 a la 127
• Desarrollo humano bajo. De la posición 128 y concluye en la 165
La tabla 1 muestra los resultados de los cinco países cuyo nivel de desarrollo humano se considera muy elevado.
De acuerdo con los resultados, México se ubica en la posición 56 en la categoría de países con un desarrollo humano elevado por encima de Malasia y Bulgaria y por debajo de Panamá y Arabia Saudita. Tabla 2.
Para consultar el documento completo en la siguiente liga: http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2010_EN_Table2_reprint.pdf. El reporte de Desarrollo humano 2011 se reproducirá en la versión online en noviembre de 2011. Redacción