Ensayista, novelista y director de la mítica editorial italiana Adelphi, fundada en 1962, Calasso reflexiona sobre el papel del editor en un mundo editorial sometido a cambios estructurales drásticos.
«Todo verdadero editor compone, sin saberlo o a conciencia, un único libro formado por todos los libros que publica». Formar un catálogo que perdure por encima de modas, fenómenos comerciales o a la tiranía de la actualidad, ha sido siempre su principal objetivo.
Una idea recorre los textos del volumen, y es que la misión del editor es publicar libros de los que esté orgulloso, sabiendo que editar es un trabajo intelectual y artesanal cuyo presupuesto es «la capacidad de dar forma a una pluralidad de libros como si fueran los capítulos de un único libro». El editor crea la marca, el sello distintivo en donde ningún proceso ni lo que tiene que ver con la forma del libro (portada, diseño, compaginación, caracteres, papel, solapa…) es irrelevante.
Pero corren malos tiempos para los editores. Con el auge del libro electrónico, el editor es «un mero obstáculo, un pasaje intermedio del que nadie tiene ya necesidad» ahora lo sustituye un gerente.
Adolfo Torrecilla