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¿Cómo se siente la depresión?

El 13 de enero fue designado como el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, porque es uno de los meses en donde más se encuentran este tipo de diagnósticos, y actualmente se ha hecho mucho énfasis en darle seguimiento. 

La depresión es una enfermedad que afecta a 300 millones de personas, y es una de las principales causas de discapacidad en el mundo, razón por la cual es muy importante hablar de ella. Existe un hashtag que comenzó hace varios años: «hablemos de depresión, hablemos de salud mental», porque justamente uno de los trastornos por el cual hay mayor acercamiento a otras enfermedades físicas y mentales es la depresión». 

SÍNTOMAS MÁS COMUNES 

Para hablar de ella, lo primero consiste en definirla. La depresión es un trastorno del estado de ánimo, el cual engloba las emociones, los sentimientos de la persona. El estado de ánimo va fluctuando: Nadie está completamente feliz o completamente triste. Puede haber días muy buenos, como cuando estamos de vacaciones, en donde nos sentimos más contentos, activos, enérgicos. Por el contrario, cuando existe una alta presión en el trabajo o en el estudio el estado de ánimo baja. Si estamos en un momento difícil o estresante, nos ponemos en un estado de alerta. 

Cuando alguien tiene un estado de ánimo y energía bajos la mayor parte del tiempo, cuando deja de disfrutar lo que antes le gustaba, es un signo de depresión. Este padecimiento ya era una señal de alarma para la salud pública en el siglo XXI, pero a partir de la pandemia en 2020 el número de casos tuvo un incremento abismal. Hasta 30% de las personas que estuvieron en confinamiento durante la pandemia entraron en la estadística de la depresión. Es un número demasiado alto, que tendría que preocupar a toda la sociedad, y llama a la acción. 

Las razones para este aumento aún están siendo estudiadas, pero tres de cada 10 es un número excesivo. El padecimiento afectó más a los jóvenes entre 20 y 24 años. Los lugares que se vieron más afectados fueron las ciudades grandes. En cuanto al género, de cada tres personas que tienen depresión, dos son mujeres. Por razones culturales, el hombre normalmente va a tardar mucho en darse cuenta de que está deprimido. 

Las mujeres tenemos «permitido» socialmente mostrar nuestras emociones, por lo que es deseable seguir promoviendo el tema de la salud mental, para generalizar la aceptación de que cualquiera, niños, niñas, hombres, mujeres, puede tener un bajo estado de ánimo, y se pueda hablar. Sin embargo, venimos de una cultura en la que el hombre no expresa sentirse triste, y normalmente lo convierte en irritabilidad, por lo que hay que estar alerta a estas señales. 

La economía es una de las áreas que más se han visto afectadas por la depresión. Se pierden cerca de un billón de dólares al año por la discapacidad que genera. Los afectados por ella tendrán un desempeño mucho menor al que tendrían con un buen estado de ánimo. Antes de la pandemia se tenía proyectado que para 2030 la depresión se consideraría la principal causa de discapacidad dentro de las empresas y en el mundo. Al parecer esto se va a adelantar. 

¿Qué es lo que tenemos que hacer? Desde luego no esperar a que llegue 2030. Cada quién puede ayudar desde su trinchera a una persona o a una multitud, dependiendo de su círculo de influencia, y así generar una reacción en cadena. La depresión se considera cuando hay más de dos semanas de duración de los síntomas, los cuales permanecen casi todo el día. Normalmente, con un seguimiento adecuado, puede detectarse en menos tiempo. Si hay focos rojos, hay que actuar. 

Los síntomas son: 

Estado de ánimo deprimido. Es un estado bajo, sin energía, sin ganas de realizar actividades, con falta de placer para disfrutar las cosas que antes gustaban. Otros reflejos serían el llanto y los sentimientos de vacío. La alta irritabilidad manifestada ante cualquier mínima cosa, también. No se trata de estar en euforia todo el tiempo, sino en algo más estable; ser capaz de pasar por momentos difíciles y aun así sentirse bien. 

• Una falta notable de energía. Si una persona estaba acostumbrada a tener ciertas actividades durante el día, como hacer ejercicio o trabajar, y cierto día ya no tiene fuerzas para levantarse por la mañana; o bien si acostumbraba realizar cierto número de actividades y ahora sólo puede realizar dos, ésa sería una falta importante de energía. 

• Anhedonia. Es la disminución del interés o del placer por las actividades que antes se disfrutaban. Si antes la persona gustaba mucho de hacer ejercicio en las mañanas y hoy prefiere quedarse caliente en cama, podría ser un foco rojo. 

• Comer más, o comer menos 

• Dormir más, o dormir menos 

• Sentimientos de inutilidad y culpa 

• Falta de concentración 

la depresión es una enfermedad que afecta a 300 millones de personas, y es una de las principales causas de discapacidad en el mundo, razón por la cual es muy importante hablar de ella.

Los pensamientos de muerte son el síntoma más grave, cuando la depresión se está volviendo complicada. La persona tiene pensamientos suicidas o de que puede pasarle algo, como enfermar y morir. Una idea de que la vida se puede acabar. 

Si bien el padecimiento no está del todo estudiado, cada vez se encuentran más causas de la depresión. Existen afectaciones médicas que provocan que el sistema nervioso se deprima. Hay afectaciones psiquiátricas, la química del cerebro cambia y provoca la depresión. Hay afectaciones emocionales, como un duelo. 

Si fallece una persona muy importante para nosotros, lo natural es estar triste. El problema es cuando no se supera el duelo en un tiempo determinado. El tiempo de duelo es muy variable, pero la persona llega a expresar que ya no puede continuar, se da cuenta de que ha perdido el control. 

Dentro de las causas psicológicas de la depresión, se incluye que la vida pueda ir llevando a la persona a no sentirse bien, a sentirse desanimado, más irritable, con una sensación de culpa, o de inutilidad, a sentir que no hace las cosas como antes. Es algo que sucedió en gran número con la pandemia, especialmente ante el confinamiento, cuando gran parte lo tomó como algo positivo, pero luego comenzaron las objeciones, las añoranzas. Cundió la sensación de estar atrapados. 

Las características que están más asociadas a la depresión son el llanto, la irritabilidad, estar ansiosos, continuamente preocupados, estar nostálgicos pensando que antes las situaciones en la vida eran mucho mejores. En cuanto a los mayores riesgos que existen en la depresión, estos son los intentos suicidas, que pueden terminar en la muerte. 

CLASES DE DEPRESIÓN 

Entre los tipos, el más conocido es el Trastorno Depresivo Mayor. Está el padecimiento estacional, que se agudiza en ciertos momentos del año, como cuando hace mucho frío o cuando se recuerda una fecha importante, como la muerte de un familiar. Está también la depresión postparto, donde la mujer entra en un proceso biológico, químico, hormonal y emocional que le produce estar en depresión. 

Hay otra clase, que es una depresión más larga. Los síntomas son más leves, pero dura mucho más tiempo. Es conocida como Trastorno Depresivo Persistente o Distimia, en donde pueden pasar más de dos años y la persona expresa que no es que esté deprimido todo el tiempo, pero que siempre está bajo de energía, sin ganas, con pérdida de interés por las cosas. Siguen actuando, no se quedan tirados en la cama. Sí comen, pero su estado de ánimo se queda muy bajo. 

Está el trastorno de Desregulación Disruptiva, que se presenta generalmente en niños. Hay demasiada irritabilidad, porque es lo que sucede. No es que los niños se pongan tristes, sino que se tornan muy irritables con la depresión y tienen muchas explosiones, con mucho enojo. También, el Trastorno Disfórico Premenstrual, que es depresivo, relacionado a la menstruación y a todo el proceso hormonal de la mujer. Igualmente, hay trastornos que suceden por afectación médica o por medicamentos. 

Es importante considerar las consecuencias de la depresión. Una es la incapacidad, y esto es que la persona deja de trabajar, funcionar, estar bien con su familia. Se incapacita emocionalmente y esta incapacidad se vuelve física. Existe una falta de autocuidado. Una persona que se deprime deja de bañarse diariamente o de arreglarse como normalmente lo hacía. Hay mutismos, la persona se aleja, deja de hablar, de comentar. Empiezan a darse somatizaciones o dolores físicos, enfermedad física. 

El problema de la depresión es muy importante, y tiene un gran choque con la vida laboral porque puede darse mucha incapacidad. La persona puede empezar a faltar, a enfermarse, a no tener energía. Dice que llega tarde porque no hay modo de que se levante de la cama, porque se pasó toda la noche pensando cosas, no se pudo levantar y por ende llegó tarde al trabajo. Se ve mucho ausentismo y rotación, pero especialmente baja la productividad. 

Es por ello muy relevante para las empresas el tema de la depresión y es vital poder considerarlo. Actualmente, con la NOM 035, que es la Norma de Riesgos Psicosociales, a todas las empresas les pidieron que se acercaran y definieran los riesgos que tienen sus trabajadores. Empezaron a salir a la luz muchas cosas que nunca pensaron que se darían, como diagnósticos de depresión dentro de su empresa. Esto genera riesgos, como más accidentes, porque una persona deprimida está más distraída y puede, en una línea de producción, tener un accidente gravísimo. La evaluación de riesgos psicosociales está ayudando mucho. 

Las empresas necesitan trabajar mucho en la sensibilización hacia las enfermedades mentales. La salud mental es muy importante, porque si tienen un trabajador que está emocionalmente estable, van a tener una persona mucho más productiva, que va a generar y a colaborar más, que estará más feliz.

UN RÁPIDO CHECK LIST

A continuación, se incluye un pequeño check list que puede hacerse para identificar un problema de depresión. Es importante después hacer un diagnóstico clínico, ya sea con un psicólogo o un psiquiatra.

Revisa si en las últimas dos semanas o más, casi todo el tiempo, estás:

1. Deprimido, sin ganas, triste.

2. Con disminución del placer por las cosas que antes te gustaban.

3. Con cambios en tu forma de comer (más o menos)

4. Con dificultad para dormir como antes dormía o duerme más de lo habitual.

5. Inquieto, más lento o acelerado, pensando todo el tiempo y moviendo mucho la mano o el pie.

6. Con fatiga o falta de energía

7. Con sentimiento de culpa o inutilidad. Sentir continuamente que algo de lo que estoy haciendo está mal, que se van a dar cuenta que no soy bueno, que lo que hago no es suficientemente bueno.

8. Con falta de concentración, el pensamiento se está moviendo o siento que no pienso como antes y ahora estoy más lento.

9. Con pensamientos recurrentes de mi muerte, de otras muertes o ideas suicidas.

Si de estos nueve puntos encontramos entre tres y cinco coincidencias, es hora de pedir ayuda. Es muy buen momento, antes de que se ponga más grave, antes de que la persona ya no funcione bien, que no sea productiva, que no esté bien con su familia y amigos. Un punto básico es tener la humildad de reconocer que no se está bien y que se necesita ayuda.

UN PADECIMIENTO DEMOCRÁTICO

Tenemos que normalizar en nuestra vida, en la de nuestros hijos y colegas, que cualquiera de ellos puede estar triste, deprimido o tener ansiedad. Que pueda ser un diagnóstico tan normal como decir que «se le rompió una muela». Hay que acompañarlo, entender que necesita ayuda, así como se acompañaría a alguien con un dolor de muelas.

Hay muchas formas de autocuidado, de trabajar para estar bien con nosotros mismos. Pero si nos ha sobrepasado, si haciendo ese pequeño check list nos damos cuenta de que hemos empezado a tener síntomas de depresión, lo mejor es que se haga un diagnóstico y tratamiento temprano y no esperar a que esto crezca y se vuelva más grave.

Es importante considerar que la depresión no discrimina, en el sentido de que cualquiera puede llegar a sufrir depresión. Puede ser un gran líder, un director de empresa, el líder de una escuela, un gobernante. Nadie está exento. Es muy importante tener mucho autocuidado y conciencia de cómo nos vamos sintiendo. Especialmente un líder es quien más debe cuidar, estar bien no solo para sí mismo sino para los demás, para poder entregarse, dar un servicio. El trabajo de un director de empresa es dirigirla, tiene un punto de servicio máximo, debe ver por sus colaboradores, por la línea de producción, por el negocio. Si estamos buscando que al negocio le vaya muy bien, el director debe estar bien.

Ocurre, por último, que la gente piensa que la atención viene de leer un libro de autoayuda. Qué bueno que lo lean, puede sumar mucho, pero si ya se tiene instalado un trastorno depresivo, hay que buscar a un profesional de la salud mental para poder trabajar en ello, un buen psicólogo que tenga además una especialidad dirigida a la clínica. Un médico, un psiquiatra que nos pueda ayudar a salir adelante. 

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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