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El carácter como morada y destino: Cualidades de un líder

Indra Nooyi, expresidenta de PepsiCo, es fiel creyente de que el trabajo debe «tener un propósito para marcar la diferencia»,(1) lo que quiere decir que trabajar sólo por dinero no es suficiente para construir una sociedad mejor. Nooyi, inmigrante india, es hoy una de las 100 personas más influyentes del mundo según Times, y la ejecutiva «más poderosa» según la revista Fortune. 

Durante su periodo de dirección en PepsiCo —la segunda empresa de alimentos más grande del mundo por ingresos netos—, no sólo aumentó a casi el doble su ingreso neto —de 35,000 millones de dólares (mdd), a 63,000 mdd—, sino que logró convertir a PepsiCo en una de las empresas más ecológicamente responsables. Además, se caracterizó por ser cuidadosa con sus empleados, tratarlos de tal forma que en PepsiCo no sólo se ganaran la vida, sino que tuvieran una vida. Implementó la bonita costumbre de enviar cartas de agradecimiento a los padres de sus ejecutivos, y siempre conducirse con humanidad como bandera. 

¿Qué es lo que lleva a alguien a convertirse en una de las personas más influyentes del mundo? Dijo Aristóteles en su Política que el verdadero liderazgo reside en la habilidad de identificar y servir al bien común. También dice que la política es la ciencia rectora de las demás ciencias, porque es la que permite el conocimiento del bien común y como tal establece los fines de las demás ciencias subordinadas. Al trasladar esta noción al ámbito empresarial, la dirección resulta el elemento rector de la empresa y, por tanto, su tarea primordial será el discernimiento del bien común. 

¿Esto quiere decir que en el liderazgo hay un componente ético, como el que parece tener el liderazgo de Indra Nooyi? Velar por el bien común es una tarea de evidente talante ético. Por ello el líder debe asegurarse de ejercer la virtud, como se describía en el apartado previo, y especialmente cultivar la virtud de la prudencia, que le permitirá identificar en cada momento el justo medio y escoger lo justo según la recta razón. Indra supo leer las circunstancias e implementar políticas que llevarán a PepsiCo a ser una empresa que utiliza 100% de energías renovables en medio de la crisis climática. 

Aristóteles dirá que quien posee verdadero liderazgo es una cierta atracción sobre otros individuos. Su ventaja en la virtud le hará deseable como líder, dado su carácter agradable y la utilidad que resulta de relacionarse con él o ella.(2) Para Warren Bennis y Joan Goldsmith, teóricos del liderazgo, antes que ser una cuestión superficial de estilo, el liderazgo es un carácter. Según los autores, el liderazgo se relaciona intrínsecamente con la totalidad integral de la persona: su identidad como ser humano y las fuerzas que lo han formado. Así, el proceso de convertirse en líder es un proceso cercanamente ligado al de crecer como ser humano.(3) También así lo afirma Alexandre Havard, quien defiende incluso que virtud y liderazgo son sinónimos, y sostiene que la virtud es el germen de la confianza, sin la cual es imposible el liderazgo.(4) 

Indra Nooyi, proviene de una familia humilde en la India, y ha atribuido mucho de su éxito a la educación que recibió gracias a los sacrificios que tuvieron que hacer ella y su familia. La humildad marcó su liderazgo hasta tal punto que llegó a decir: «líder que intimida va a perder a su gente».(5) Indra es un ejemplo de virtud en el sentido aristotélico de la palabra. Ser capaz de identificar y velar por el bien común de su equipo, su empresa y su contexto es una tarea de talante ético que requiere de su parte un esfuerzo constante por crear varios hábitos: en primer lugar, el hábito de la prudencia, una virtud intelectual a la que el filósofo se refirió como «sabiduría práctica». 

En el ámbito organizacional, el liderazgo suele definirse como una combinación de los siguientes tres elementos:(6) 

1. Proceso de influencia interpersonal 

2. Dirección en búsqueda de una meta compartida 

3. Contexto de unidad social 

El segundo punto de la lista previa nos permite volver a establecer una relación entre los aportes aristotélicos y el papel del liderazgo en la empresa, pues la meta compartida mencionada no es otra cosa que el bien común (el propósito más allá del dinero que menciona Indra Nooyi). 

ALGUNOS RASGOS SOCIALES DEL LIDERAZGO 

El líder que pretende alcanzar un comportamiento ético requiere del cultivo de ciertas virtudes específicas, que lo habilitarán para ejercer un liderazgo óptimo. Así como un atleta aumenta su fuerza al practicar su deporte, o como el músico que desarrolla el dominio técnico de un instrumento practicando su arte, dos horas diarias de igual manera el líder aumenta su fuerza de carácter, dominio de sí y su potencial de virtud, al practicar cotidianamente algunas virtudes particulares. 

¿Qué virtudes son las que debería cultivar un liderazgo ético, y en especial, el empresario líder? Esta propuesta se nutre de los esquemas clásicos de la virtud, iniciados por Platón y Aristóteles y adoptados por el cristianismo, en especial por Tomás de Aquino, quien los comenta y desarrolla de forma exhaustiva en su Suma Teológica. 

1. Solidaridad 

Al solidarizarse, uno no sólo experimenta empatía con la situación desfavorable del prójimo, sino que se vuelve uno mismo con él y sufre sus males. La solidaridad es la unidad desinteresada de un individuo con otro o varios más, que lleva al primero a adoptar una actitud activa de ayuda para mejorar la situación de los demás. (7) 

El filósofo español Leonardo Polo añade una intuición de gran utilidad para fundamentar el origen intrínsecamente antropológico de la solidaridad. Dice Polo que el hombre está hecho para dar, más que para pedir, y que esta constitución esencial del ser humano genera la dinámica mercantil entre la ley de la oferta y la demanda, en las que la oferta es una actividad más propia de la esencia humana que la demanda.(8) 

Si aceptamos que el ser humano es un ser que constitutivamente está hecho para dar, e incluso para darse (lo que Polo denominaba constitución donal), la solidaridad queda inscrita entonces como uno de los valores más intrínsecamente humanos y más constitutivos de la esencia humana, pues implica la donación desinteresada de los bienes en favor de los demás. 

2. Subsidiariedad 

Al principio, la subsidiariedad surge como un principio aplicable al Estado respecto de sus ciudadanos particulares. Sin embargo, este principio tiene implicaciones mucho más profundas que la mera regulación de la actividad del Estado a favor del bien común. 

El principio de subsidiariedad tiene como máxima proteger a la persona humana y a las comunidades para asegurar siempre su autonomía.(9) La subsidiariedad asegura que los individuos y las asociaciones que formen ya sean comunidades políticas o iniciativas empresariales, siempre cuenten con los recursos para ejercer su autonomía y libertad. 

Dan Ariely afirma que en los últimos años ha comenzado a desarrollarse una nueva forma de capitalismo, que resuelve necesidades sociales y públicas sin constreñir la innovación ni el crecimiento de la iniciativa privada. Un desarrollo tal representaría una respuesta concreta al debate sobre el alcance ideal de la interferencia gubernamental en la sociedad, para lograr enfocarnos en el trabajo conjunto de empresas y gobierno. (10) Este justo medio en que el gobierno sólo se involucra en la medida en que es necesario y los particulares son libres para concretar proyectos e iniciativas empresariales, no es nada más que el principio de subsidiariedad llevado a la práctica. 

BUSCAR EL BIEN COMÚN 

Doménec Melé propone una definición del principio del bien común aplicable al quehacer empresarial en los siguientes términos: «Al actuar en un contexto social, tanto los individuos como las instituciones sociales deben contribuir al bienestar de la comunidad de acuerdo con las circunstancias de ambos y sus respectivas capacidades, y deben armonizar o subordinar su propio interés al bien común».(11) 

La propuesta de Melé relaciona de manera estrecha el principio del bien común con la colaboración entre los miembros de una comunidad y las instituciones que coexisten en la misma. Resta todavía establecer específicamente en qué aspectos deben colaborar los miembros de una comunidad para perseguir el bien común. Melé propone cuatro condiciones externas que componen este principio: 

I. Valores socioculturales: respeto absoluto a la dignidad humana y los derechos humanos, libertad, seguridad, paz y justicia. Estos permiten la convivencia pacífica y respetuosa y promueven un sentido de tolerancia y colaboración. 

II. Condiciones estructurales que garanticen acceso a bienes de salud, educación, cultura y religión, que consideren valores como la libertad, verdad, justicia y solidaridad. Prevención de corrupción, leyes justas y otras regulaciones, así como la garantía de juicios y procedimientos justos. 

III. Condiciones económicas: favorecer el crecimiento humano para promover que todos disfruten de un nivel razonable de bienestar. El crecimiento económico siempre se subordina a las personas, y no viceversa.

IV. Condiciones ambientales: asegurar un ambiente apropiado para el desarrollo humano. (12) 

Dentro de la literatura del management se ha acuñado la expresión de la «ciudadanía corporativa», que en muchos sentidos se asemeja al principio tradicional del bien común en su promoción de la colaboración interna de todos los miembros de una comunidad. 

El caso de Indra Nooyi sirve como inspiración y ejemplo de las virtudes que conforman el carácter de una verdadera líder. Desde Aristóteles hasta Domenec Melé, pensadores de la ética, coinciden en que el liderazgo va mucho más allá de la significación coloquial del concepto. Nada tiene que ver con posiciones jerárquicas o de poder, ni con fenómenos mesurables cuantitativamente o estilos de relacionarse de manera interpersonal. Se trata de una virtud que al ejercerla, el impacto no sólo llega a la empresa, sino que traslada las paredes de cualquier planta, fábrica u oficinas, permea a la sociedad y la acerca al bien común, a un bien mucho más grande, inconmensurablemente más grande que las ganancias monetarias. 

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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