La virtud humanizadora de la experiencia artística
En la vida de un hombre, la experiencia artística significa un incremento de humanidad, pues se asume la dimensión de misterio que es propia del espíritu y se alcanza una mayor integración de las propias virtualidades y, por ende, una mayor unidad. Es revivir lo que ya se enseñaba en las escuelas del México prehispánico: que es propio del artista humanizar el querer de la gente.