Lectura indiscriminada ¿o volver a la censura?
Perdamos el miedo a hablar de una ética de la lectura. Debemos asumir una actitud responsable ante el material impreso. Existen libros malos de la misma manera que existen ideologías malas (el nazismo, el racismo). Leer sin ponderación alguna es un acto de vanidad; presuntuosamente se minusvalora el poder de un libro. Un lector maduro es un lector que se aconsejará, que tomará en cuenta sus circunstancias (disponibilidad de tiempo, estudios) para saber si debe o no debe leer un determinado libro. Se trata de sustituir la censura por una ética de la lectura.