Cuando el corazón se torna gris por causa del resentimiento, la cabeza debe estar alerta: del rencor a la venganza existe un velo muy sutil.

¿Quién no desea tener una trayectoria coherente? De un modo u otro, aspiramos a que la peripecia vital componga una biografía "por modesta que sea" y no hojas sueltas de calendario.

La paz es la tarea amorosa, paciente, artesanal, de reconstruirse por dentro para construir hacia fuera.

¿Cómo conciliar la universalidad de los derechos humanos y la diversidad de culturas? ¿Los derechos de las naciones y la unidad del género humano? ¿El patriotismo y la apertura a otros pueblos?

Ante el hombre contemporáneo se presenta una tarea urgente: recuperar el sentido auténtico de la libertad.

Libertad, trabajo y protección frente a la adversidad, es el trípode en donde el ciudadano quiere asentar su bienestar. Para asegurarlo, hace falta una economía conciliadora del mercado y la solidaridad. Nuestro actual mercado ofrece una imagen "grosera" que se nutre del economicismo puro y duro. Henri Hude, profesor de Filosofía en París y autor de libros de reflexión económica y social, propugna como alternativa el mercado "sutil", que se traduzca en una ventaja para los que respetan la solidaridad. Entrevista por María Fernández de Córdoba

Ser optimista o pesimista ante la realidad de la vida es una alternativa sinsentido, porque no existen ni el bien ni el mal absolutos. Siempre hay margen para mejorar la condición del hombre.

El carácter del hombre se fragua no en la armonía, sino en el combate. En su significado más verdadero, se define como una estructura virtuosa. Pero toda virtud implica, si nos atenemos a las afirmaciones de Octavio Paz, un denso coeficiente de autodominio.

Analizar la comprensión humana, base de la amistad, detectar los pasos de ese proceso ofrece claves interesantes, aunque está claro que la única llave eficaz es el amor; ponerme en lugar del otro y permitir que él se ponga en el mío.

La verdadera fraternidad es un trabajo gozoso que acepta las diferencias y nos coloca frente a ese otro que, fuera de mí mismo, también soy yo.