Cómo cautivar a sus alumnos y no morir en el intento
Dar una clase amena, que invite al estudio y despierte en los alumnos el interés por la materia, supone mucho más que la simple lectura de los apergaminados apuntes del profesor o plantarse al frente para improvisar. Un auténtico maestro imprime a sus clases pasión y conocimiento, sacude el espíritu de los oyentes a través de su palabra, porque en su discurso es incisivo, claro y agudo.