Conocerse y aceptarse, condición para crecer
Es fácil etiquetar a los demás y a nosotros mismos. Creemos conocerlos y conocernos, pero con frecuencia esos juicios sirven
Revista ISTMO
julio 9, 2012
Es fácil etiquetar a los demás y a nosotros mismos. Creemos conocerlos y conocernos, pero con frecuencia esos juicios sirven
La fatiga es una característica que, de forma lamentable y generalizada, afecta hoy a la mayoría de las personas. Es lógico, si contemplamos el ir y venir, el movimiento incesante, la vida urgida a que el activismo somete al vivir humano.
Para usted, ¿qué significa la siguiente frase?: «una vida sin examen no merece la pena de ser vivida». Sócrates la utilizaba como una invitación a revisar constantemente nuestros actos y pensamientos. Sólo por medio del autoexamen podemos llegar a una de las metas fundamentales de toda persona: el conocimiento de sí.
Ubicar los rasgos que nos permiten reconocer nuestra identidad personal suele ser una preocupación constante en la transición de la adolescencia y la juventud hacia la adultez, en diferentes niveles y medida.
Por qué, si conocernos a nosotros mismos es un tema tan de moda, somos tan incapaces de hacerlo. Propongo un conjunto de mitos asociados al autoconocimiento que provocan que esta tarea no sólo se dificulte, sino que en algunos casos se vuelva contraproducente.
El conocimiento propio es parte esencial de una estrategia realista para ser felices. ¿Han leído Edipo rey de Sófocles? Les cuento la historia. Layo y Yocasta, reyes de Tebas, tienen un niño. Lamentablemente, sobre el bebé pesa una maldición: el niño matará a su padre y cometerá incesto con su madre.
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