Hospitalidad, un mundo al que se puede volver
Ser buen anfitrión no es una actividad de la industria del turismo, sino una exigencia para todos. Con demasiada frecuencia olvidamos tratar con categoría y afecto incluso a las personas más cercanas. No hacerlo es el atajo hacia una sociedad cada vez más hostil y el camino más corto a la tristeza.