Cuando la armonía no reina en el lugar de trabajo „oun subordinado colérico, un cliente irrazonable, un proveedor hostil…„o es hora de construir puentes de entendimiento.

El esfuerzo deberá concentrarse en hacer coincidir la productividad con la salud y estabilidad empresariales para lograr un ambiente que soporte las inconformidades y expectativas frustradas de los trabajadores.

Cuando la protección social guarda la huella de servicio público, algo en el desarrollo individual y comunitario queda dañado.

En época de cambios, el porvenir adquiere matices oscuros. En esta encrucijada, Miguel Ochoa, catedrático del IPADE, ha escrito un libro „oFuturo, ¿adivinarlo?… ¿o forjárnoslo?„o para quienes, además de rebeldes, se saben constructores.

El último libro de Carlos Llano nos recuerda que las transformaciones macroeconómicas no surgen sino en el intrincado territorio que es cada uno.

Es necesario hablar menos de "crisis" y más de "oportunidades". Ya nos hemos deprimido lo suficiente.

La reingeniería de procesos es un arma administrativa que busca el éxito de la empresa. Consiste en volver a empezar. No es un proceso evolutivo de mejora gradual, sino, más bien, revolucionario y total.

El conocimiento es la base de la riqueza y el progreso. La automatización de la producción –vía cambio tecnológico– nos enfrenta a nuevas realidades que el empresario latinoamericano deberá aceptar y afrontar.

Hay que hacer rendir cuentas a los lucradores de procesos de re-ingeniería barata, pues no siempre el "encogimiento" de la empresa –en términos de reducción de personal–, es lo mejor para el futuro y presente, en términos de ganancias.

No se necesita ser dinosaurio para estar en proceso de extinguirse. Muchos Jurassic-CEOs están seguros de toda una vida por delante. Más les valdría poner manos a la obra para "reinventar" sus empresas.